Estamos en clase educación física, jugando fútbol contra los grupos de 5to A y 5to C. (cabe aclarar que yo pertenezco al B). Juegan niños contra niños y niñas contra niñas.
El fútbol no es algo que me guste, pero jugarlo es obligatorio, ya que son puntos para la materia de educación física, así que no me queda de otra más que hacerlo.
No pasan ni dos minutos cuando me caigo y me raspo la rodilla.
Muchos niños y niñas se ríen de mí, pero a mí no me causa risa, me duele, pero trato de no llorar para que no se rían más. El profesor me ayuda a sentarme en una banca. La prefecta de la escuela me cura, limpia mi raspón, me pone un curita y se va.
Nidia se sienta junto a mí y varios niños y niñas, por puro chisme, están ahí también, rodeando todo. Entre ellos, Brianda, Daniela y Alex.
—Que tonta eres, Cecy —me dice una niña del grupo.
—No es tonta, solo que ella no juega fútbol —aclara Nidia.
—Sí, pero nos explicaron, era para que entendiera el juego —dice otro niño.
—Ay, pero si Cecy no entiende ni las matemáticas, menos el fútbol que no es para niñas —dice otro niño en todo de burla mientras se ríe, provocando que todos hagan lo mismo, incluyendo a Brianda y Daniela.
—Ya dejanla en paz —dice Nidia.
—Mejor iré al salón —con la ayuda de Nidia me iba a ir, pero Alex se me acerca.
—Si no estás presente te van a bajar puntos en la materia.
—Pero todos se están riendo de mí —digo apunto de llorar.
—Ignóralos. Están tontos.
—¿Cómo, Alex? Si todos están ahí riéndose de lo que me pasó.
—Pero no les hagas caso, ya te dije.
—Aunque dejaran de reírse, ¿qué haré yo aquí?
—Verme jugar a mí —sonríe.
—Me dijiste muchas veces que ya no querías jugar porque ya no tenías inspiración para eso.
—Este día ha regresado —dice sonriente—. ¿Sí te quedas o no?
—Está bien —asiento.
Alex me sonríe y se corriendo con sus amigos.
Regreso a sentarme con Nidia. Ya nadie se ríe de mí porque el juego comienza y todos miran el juego.
Mientras todos miran el juego de las niñas, yo miro a Alex; está recargado en la pared con sus amigos, cerca de donde yo estoy. Alex voltea y me sonríe, y mejor aparto mi vista de él, disimulando que no lo veía.
—¿Te puedo preguntar algo? —me pregunta Nidia.
Volteo a verla y asiento con la cabeza.
—¿Te gusta Alexis?
Bajo la mirada porque no sé qué responder. Nidia es tan buena amiga que no quiero mentirle, pero tampoco quiero decirle la verdad.
—No tienes que tener miedo en contarme, yo no lo diré a nadie.
Sé bien que en Nidia puedo confiar, pero no sé cómo decirlo.
—S-sí —es lo único que sale de mi boca.
—Tu secreto está ha salvo conmigo —sonríe.
Un secreto que ya lo sabe Daniela, Brianda, el mismo Alexis y ahora Nidia... Ya no es tan secreto entonces.
Minutos después, cuando las niñas terminan de jugar, les toca el turno a los niños. Alex es uno de los primeros seleccionados para jugar contra los del grupo "A". No es porque Alex me guste, pero sinceramente él es el mejor de todo el grupo para jugar fútbol.
—Oye Cecy, ¿nos echas porras? —me pide Alex.
Le sonrío y estoy apunto de contestarle, pero Brianda me interrumpe.
—Yo te echo porras, Alex —sonríe.
—Gracias —le sonríe igual, pero luego me mira a mí—. Tú también, ¿verdad?
—N-no lo sé —digo nerviosa.
—Tú ve a jugar, Alex, vas a ganar gracias a mí. Ya veras —dice Brianda muy segura.
Alex solo se ríe y se va a jugar porque ya lo están llamando.
Durante todo el juego Brianda no para de gritar y echarle porras a todos los niños, pero sobre todo a Alexis, lo cual me molesta porque es bastante obvio que quiere llamar su atención. Digo, esto lo hubiera esperando de Daniela, pero de Brianda me extraña muchísimo.
El equipo de las niñas de nuestro grupo, no han ganado, no les ganaron ni a las del A ni a las del C, pero en el equipo de los niños les ganaron a ambos grupos.
Ya en el salón el profesor nos felicita a todos, tanto a niñas, como a niños.
—La única que arruinó todo fue Cecilia —dice riendo el niño que está atrás de Alex, haciendo a todos en el salón reír.
Alex voltea a ver con cara molesta a aquel niño —Te callas —dice serio.
—Uy, disculpa —rueda los ojos.
Alex me mira y sonríe, y claro que yo le regreso la sonrisa.
Cuando toca el timbre de salida, guardo mis cosas. Brianda, quien ya ha guardado todo, se acerca a Alex, quien está a un lado mío.
—Que bien jugaste hoy, eh —sonríe en manera coqueta.
—Muchas gracias, Brianda —en tono amable.
—¿Te animó las porras que te eché?
—Puede ser que sí, puede ser que no —dice guardando sus cosas—. A lo mejor solo andaba inspirado—cierra la mochila y se la cuelga en los hombros—. Me tengo qué ir —le dice a Brianda y luego voltea conmigo—. Hasta mañana, Cecy.
—Hasta mañana, Alex —le doy una sonrisa.
Alex está a punto de irse, pero Brianda lo sigue.
—¿Vienen por ti?
—No, me voy solo.
—¿Por donde te vas?
—Por el parque que está aquí atrás.
—¡Genial! Yo también voy por allá. ¿Te acompaño?
—Si quieres —asiente y ambos se van juntos.
No puedo evitar sentirme enojada y triste con Brianda. Desde el partido en las canchas he notado que lo mira de forma diferente a como suele verlo. Y eso de que ella se va por el parque de atrás es mentira. Brianda toma el transporte en la misma dirección que yo me voy, solo que de lado contrario.
¿Entonces a Brianda le gusta Alex o solo lo hace para que yo me sienta mal?
Recuerdo entonces lo que le dijo a Daniela: "No está bien que entre amigas nos hagamos esto"
¿Por qué ella me está haciendo esto justo cuando me estoy llevando mejor con Alex?
Muy pronto lo iba a entender, ya que me di cuenta de que Brianda era mil veces peor amiga que Daniela.
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Mi Primer Amor©✔ Libro 1
Fiksi RemajaCecy Cordero es una niña con muchos problemas en casa y personales, sufre de bullying y tiene una autoestima muy baja. De repente conoce a Alex, el niño del que vive enamorada. Alex le hará ver a Cecy lo hermosa que es y que sí vale la pena vivir.