Capítulo 9

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Ha pasado exactamente ya una semana.

Ahora he tenido unas horas libres ya que Mike se encuentra en sesión, he decidido darme un baño para luego salir a comer, sola.

Entro a mi cuarto y ahí esta su fotografía, te extraño pensé.

Papá era alguien que te ayudaba a salir del mundo del confort, era alguien que hacia el mundo aún más especial de lo que era para mi. Pero ya no esta. 


[...]


Termino de vestirme, hace demasiado frio así que tuve que usar tres abrigos ¡Parezco un peluche! 

Corro escaleras abajo tratando de no caerme como la vez pasada, llego sana y a salvo a la puerta, y salgo.

Voy hacia un restaurante, no uno especial, solo el que se cruce por mi camino, veo los carros pasar, recuerdo cuando junto a mis papas los contaba, adoraba hacer eso de pequeña.

Eunises cambio mucho desde que papá ya no esta, se volvió adicta a su trabajo, tanto que casi ya no le importa que es lo que hago o donde estoy, pero claro, siempre se preocupa por el trabajo en casa, es por eso que me obligo a trabajar en ese lugar.

Realmente las cosas con ella no eran de las mejores, solo a veces se atrevía a preguntarme que tal estaba, pero no la juzgo, creo comprender porque le presta mas atención a su trabajo que a su hija, fue su manera de...mantenerse alejada de recuerdos.  

Por otro lado, las cosas con Mike siguen igual, me fastidia todos los días, hace cosas que sabe que odio solo para molestarme ¡A mi! 

Todos los días tengo las horas libres, y me entere de que las tenia gracias a Mike, el se había encargado de hablar con los asistentes, vaya...por lo menos el sabia que no lo soportaba. 

Habla para esto, habla por lo otro, y cuando habla casi ni respira por la cantidad de palabras que dice ¡Esta loco! porque se ríe de todo, hago alguna cara y ya esta él riéndose a carcajadas, el pobre casi se ahoga la vez pasada. 

Aún no lo puedo llamar amigo, no le tengo tanta confianza, aunque me sienta libre con el.

Aún no lo puedo llamar amigo, aunque puede ser la única persona que me puede hacer reír.

Aún no lo puedo llamar amigo, aunque me ha demostrado que es alguien bueno.

No lo puedo llamar mi amigo. 


Luego de terminar la comida, salgo a una tienda de chocolates, es hora de comprar muchos, ¡Que importa si me muero de diabetes! Como dijo Mike, al menos moriré feliz.

En mi interior sonrio plácidamente mientras veo la tienda repleta de muchos chocolates, amo los chocolates y si tuviera la oportunidad de comprarlos todos, ¡Lo haría!

¡Por mi tía! (La que nunca existió) Habían chocolates de diferentes sabores, pero sin duda el mío era el de chocolate blanco con fresas, lo adoraba que la baba se me salía de la boca por las ansias de devorarlo.

Escojo todos los chocolates que pueda y termino llenando toda una bolsa repleta, al llevarla al cajero la chica me mira extrañamente.

- Eso es demasiado- Le susurra a su compañera creyendo que no la escucho


[...]


¡NO - PUEDE - SER! Me he quedado dormida y la hora se me ha pasado, Mike ya no me llama puesto a que me dio un horario, ¡Y se me había pasado!.

Déjame imaginar tenerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora