Capítulo 7

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Mike 

Madeline, una chica escuálida de 19 años, amarga con la vida de los demás, poco amistosa, de una estatura muy baja para su edad, con cabello largo de color negro y un poco ondeado, con escasas pecas en sus cachetes y nariz no tan perfilada, de ojos color café, no tan grandes, ni tan pequeños, una chica no tan delgada ni tan pesada, con pestañas medianas y cejas pobladas, de piel mestiza, ni tan blanca, ni tan morena, de labios hinchados y rosados.

Ahí estaba la pequeña Mad corriendo por el pasillo, se notaba mucho que quería irse...

A decir verdad, ella debía de quedarse a ayudar a la persona que hacia mis terapias, pero lo hable con el, le dije que seria mejor darle unas horas libres, pues se nota que no durmió casi nada, las ojeras debajo de sus ojos eran no tan notables, pero ahí estaban.

Por gran suerte Joshua, el asistente, especialista en estos casos, el que me ayuda en la rehabilitación desde hace ya aproximadamente 2 años, mi gran amigo y confidente, acepto darle las horas libres.

Sabia que Mad quería irse, así que le deje el pase libre, mis intentos de hacer reír a la gente parecía funcionar con todos menos con ella. 

Hacía mucho frio, mis dedos estaban muy helados al igual que mi nariz, el café caliente en el desayuno había ayudado en algo, pero aún tenia un poco de frio. Opté por pedirle a Yulissa que me trajera otra de mis chompas abrigadoras; y me ayudo a ponérmela.

- Parece que Madeline de verdad no soporta este lugar- La morena me mira burlona.

- Me lo ha dicho muchas veces, así que esta obvio que si- Le devolví la sonrisa

- ¿Ni con tus chistes ha logrado reír?-  

- No lo sé, tal vez ella tenga un don, no sonríe para los demás pero interiormente si- Me encogí de hombros y me reí imaginando su rostro interior, uno que demostraba alegría y que a la vez hacia caras chistosas.

- Querido Mike, veamos que tal vas hoy- Joshua interrumpió mis carcajadas horrorosas y me miro.-En efecto, estas como todos los días, de buen humor- Él también sonríe.

Joshua ha sido un buen amigo para mi, aunque sea una persona mayor que yo, se ha convertido en uno de mis amigos de por aquí, me ha ayudado a superar todo esto, aunque no le costo trabajo porque nunca caí en un frustrante depresión por verme en este estado, al contrario, para mi era una oportunidad de poder vivir lo que otras personas también.

Es por eso que nunca he sido de las personas malhumoradas, mis padres se encargaron de criarme con suma felicidad y amor, en un circulo color amarillo, pero no todo era perfecto, a veces ocurrían discusiones, pero mis papás siempre sabían como arreglarlo, se tenían tanto amor que ellos sabían que sus acciones podrían influir en mi, es por eso que supieron educarme tal cual. 

Sobre como quedé paralítico, esa es otra historia...historia que no pudo acabar con mi alegría. 

Joshua me ayudó a mejorar cada día, es por eso que dijo que ya solo faltaba poco para poder salir de aquí y poder caminar. 


***


Luego de una gran practica de caminata y masajes, entre otras cosas que me ayudarían a caminar, hemos terminado por hoy. 

- Debo de decirte que...- Joshua me muestra una sonrisa grande - Has mejorado mucho, tan solo mírate hombre, ya puedes dar algunos pasos sin sostenerte de alguien o algo, ya puedes movilizarte a una poca distancia, ten por seguro que saldremos de esta Mike- Casi estaba por votar lagrimas -No sabes cuanta emoción me da esto, verte llegar y ver como mejoras en cada sesión, me alegra verte así Mike-

Sonrío ampliamente, mi interior esta tan alegre, estoy tan...ay no sé como explicarlo, estoy tan feliz, emocionado, impresionado, de poder mejorar cada día un poco más.

No hago mas que abrazar a Joshua y a Yulissa que están tan felices como yo, me gusta expresarme con los demás, decirles lo que pienso y mostrar como me siento, con este abrazo les hago sentir mi felicidad. 

Voy por el pasillo, les dije a Yulissa y Joshua que yo llamaría a Madeline, voy sonriendo con todas las ganas que tengo mientras saludo a los que pasan por allí.

Me encuentro con una de mis mejores amigas, una chica de 16 años, es autista y tiene un problema en los brazos, es por ello que no los puede mover mucho.

- ¡Pamela!- Le sonrío abiertamente meneando la mano, Pamela dio un pequeño salto, la asuste, que mal amigo soy, se que se puede asustar con facilidad. - Lo siento Pame, no quise asustarte.

- Ho...hola Mike- Sus labios forman una sonrisa.

- ¿Que tal?, hay mucho por contarte hoy- Le dije emocionado, muy muy muy emocionado.

- Fuente de deseos, tu...acompáñame- 

- Me parece un buen lugar para platicar, apuesto a que quieres escuchar todo lo que tengo por decir, créeme Pame, es sorprendente- La mire mientras iba rodando mi silla.

- Si- Chica de pocas palabras, así era Pame, y la comprendía.

La mamá de Mad la acompañaba, pues era ella quien la cuidaba, su presencia no me molestaba, yo la conocía desde hace tiempo. 

- ¿Y donde esta Madeline?- Eunises me pregunta.

- No esta, se tomo un descanso- La miré y le sonreí 

- Esta muchachita- 

- Oh, no no, Yulissa le dio horas libres, yo pedí que les dieran esas horas, es por eso que no esta aquí- Amablemente le respondí, la note un poco enojada pero supo comprenderlo, Eunises era una mujer que únicamente le interesaba el trabajo. 

- Y...tu...contarme- 

- Pame, ¡Relájate y prepárate para esta gran sorpresa!-

- Ya- Dijo Pame sonriendo 

- Joshua dijo...¡Que he mejorado mucho!- Sonrio tanto que pude haber sentido mis labios romperse. 

- Es...genial- Veo una pequeña lagrima salirse de los ojos marrones de Pame.

- Pame...-

- Tu irte, te vas...pronto...extrañarte- 

-Pame, Pame, no me iré pronto, aun falta mucho por hacer aquí, claro aparte de comer y divertirme contigo y lo demás- Traté de animarla

- ¿Prometes?- Me miro y sus ojos estaban cristalizados.

- Lo prometo Pame- 

- Me alegro mucho por ti Mike- La señora Eunises me sonrio emocionada.

- Gracias, yo también estoy muy emocionado, volver a bailar, caminar, correr y hacer mas cosas- 


***


Después de unas horas llamo a la pequeña Mad. Luego de varios minutos ha llegado, como siempre con ese humor cansado y desanimado, me gusta fastidiarla  a pesar de que se molesta.

- Pequeña Mad, por fin te dignas a llegar- Le sonrío 

- Hey, tuve cosas por hacer así que cállate- Su estado me causa gracia. 

- Hay mucho por contarte, así que no me callo- Me rio en frente de ella mientras ella me mira con cara molesta pero confundida. 

Supongo que esa chica tendrá que acostumbrarse porque no pienso tan solo un día quedarme callado. 

Déjame imaginar tenerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora