Mis días comenzaban a ser de los mejores, en la universidad, no me había topado muchas veces con Kendall y Marco, el trabajo iba bien, aunque no sabría si llamar a Mike amigo, pero tal vez lo consideraba uno, con mamá las cosas habían mejorado.
Todo perfecto, hasta que llegué a casa y me encontré con la persona que nunca quise tener cerca.
Kendall se encontraba en la puerta de mi casa, maldita, sabía que estaría sola.
Traté de calmar mi nerviosismo y me acerque.
- ¿Qué quieres?- Dije sin rodeos.
- Primero que nada, buenas noches Madeline- Sus labios hinchados mostraron una sonrisa de odio.
- ¿Qué es lo que quieres Kendall?- Respondí histérica.
- Has hecho un buen trabajo en no decirle nada a Mike- Se acerco y agarro uno de mis cachetes y fingió ser cual madre le daba cariño a su hijo.
Le quité la mano de allí de un tirón.
- El hecho de que no lo haya hecho ahora no significa que no lo vaya a hacer- Mi mirada era neutra.
- No te gustaría provocarme- Sus labios formaron la sonrisa torcida que tanto la caracterizaba.
- ¿Por qué sigues con Mike? - Esta era una pregunta seria, tenia curiosidad.
- Pena- Escupió como si nada.
- ¿Pena? ¡Já!- Eché la cabeza para atrás fingiendo reír.
- Solo estuve con el porque en realidad me parecía alguien con quien divertirme-
- Cuida tus palabras- Me sentía furiosa por aquello, Mike no era un juguete, digo, no merece eso.
- No he terminado con el porque es un chico sentimental, absurdo, se pondría a rogarme-
Tal vez tenía razón, pero en realidad ¿Solo por eso?
- Así que solo estas con él, porque si le terminas, no quieres que te ande rogando.
- No, porque ayudo a sus padres en un trabajo, como veras, Mike, al igual que sus padres, creen que soy la mejor- Chasqueo -Si le termino a su hijo creerán que soy lo peor, y prácticamente gracias a ellos gano dinero-
Había encontrado la mejor razón para decirle a Mike la verdad, y tal vez terminaría con el corazón triste, pero, eso se recupera, tenía que decírselo.
-Y bien, ¿Por qué estas aquí?- Cambie de tema para que no se de cuenta de que había sido muy tonta al decirme todo aquello.
- En realidad, yo solo vine a disfrutar de algo-
En ese momento Marco salió de no sé dónde, me dio una sonrisa torcida y propinó un primer golpe, luego otro, y los que prosiguieron.
Dejandome tirada y lastimada, antes de irse menciono:
- Extrañaba tu rostro de miedo hacia mí-
Kendall le siguió y trate de levantarme en cuanto sus figuras ya no eran visibles.
El condominio en el cual vivía, no muchos salían a estas horas, por ello supongo nadie se percato de lo ocurrido.
Trate de levantarme y solté un jadeo, el costado me dolia por todos los golpes que me había dado Marco, ¡Y no me dio opción de siquiera decir algo!.
Entré, dejé mis cosas y subí a mi cuarto, solo quería que algún día ya no les viera la cara.
[...]
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Déjame imaginar tenerte
Genç KurguA veces la mente humana es capaz de crear otro mundo, en el cual todos son felices, y todo es perfecto.