Pensé que trabajar de día y estudiar de noche no sería tan cansado, sin embargo, ¡Esto me va a matar!.
Tenía dos bolsas debajo de los ojos que eran muy notables y solo quería dormir.
Bien podía dejar el trabajo, pero no quería, digo, uno ya se acostumbra a trabajar ¿No?.
Iba a llegar una hora tarde al trabajo, no había escuchado la alarma sonar.
Se supone que debía de dormir en la habitación que queda al costado de la de Mike, pero resulta que esos problemas ya han sido resueltos.
Alguien se encargaría de el por la noche así que no habría necesidad de dormir allá.
Termino de darme un baño y de vestirme, voy camino al centro de rehabilitación mientras tomo mi desayuno, lo sé, ¡Que responsable!.
...
Luego de unos minutos llego al centro de rehabilitación, casi me atraganto con el desayuno en mi boca pero por suerte no fue nada grabe.
Me dirijo a la habitación del parlanchín, y como si aquella primera vez que lo conocí se volviera a repetir, se encontraba escuchando música a alto volumen.
Entré y le apagué la música.
- Tu música terminara por malograr mis oídos- Miré como paraba su movimiento de manos.
- Eso es porque no sabes de música buena- Me sacó la lengua infantilmente.
- ¿Qué te cuesta no subirle tanto volumen?- Achiqué mis ojos.
- Sucede que la música de los five seconds of summer merece todo el volumen, además, como te dije, tu no sabes de música-
- Bien, estoy cansada como para pelear contigo acerca de la música de los five seconds no sé que- Le dije tirándome a su cama.
Empezaba a cerrar mis ojos poco a poco, quería dormir, pero la voz del parlanchín me lo impedía.
- Pues hoy no podrás dormir, tenemos planes con Pamela- Dijo sonriente.
- ¿Tenemos? Lo siento, ve tú, no he dormido las horas que debería de hacerlo- Dije incorporándome en la cama.
- Es que eso no es problema mío, pequeña, tenías dos opciones, irte o quedarte, pero claro, decidiste quedarte con la mejor compañía del mundo, y aquí estas, quejándote-
Y en parte él tenía razón.
- Tsssss, amigo- Lo mire de arriba a abajo - Bájale a tu ego-
- Oh vamos, admítelo- Rodó los ojos sonriendo.
- Para empezar, me quedé porque no todo en la vida es gratis y necesito dinero para alguna necesidad- Rodé mis ojos.
- Bueno, la cuestión es iremos a ver a Pamela-
- Te odio-
- Me lo has dicho muchas veces, no es necesario que lo repitas la mayoría de veces- Se puso una mano en el pecho fingiendo indignación.
- ¿Nos vamos?- Sonreí ignorando su comentario.
- Te odio- Me dijo invirtiendo los papeles.
- No me lo has dicho nunca, no es necesario que me hagas creer que lo haces cuando no- Invertí aquel comentario de su parte que había ignorado.
De pronto el cuarto se lleno de las carcajadas del parlanchín.
- Shhhh- Hice aquel sonido sonriéndole.
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Déjame imaginar tenerte
JugendliteraturA veces la mente humana es capaz de crear otro mundo, en el cual todos son felices, y todo es perfecto.