Mike
Ya han pasado varios meses y todo va muy bien, Madeline como siempre aveces de mal humor pero he logrado hacerla reír muchas veces, mi tratamiento va de mejor en mejor, lo de Kendall...ya es cosa del pasado, había hablado con mis padres sobre esto y tal vez se pusieron un poco mal pero ya todo solucionado, y con Madeline, no sé muy bien acerca de eso ya que pocas veces se atreve a decirme si esta bien o mal.
El clima ahora es templado, el otoño esta por empezar y eso significa que es otro año más sin poder comer helado en invierno.
Pero que va, algún día lo cumpliré.
El asistente ha llegado y me ha ayudado a hacer las cosas de la mañana como de costumbre, suelo esperar a Madeline en el jardín, siempre llega buscando sabiendo en donde estoy.
Como ya lo mencioné, estaba esperando a Madeline en el jardín, esta era la parte del día que más me emocionaba.
- ¡Mike!- Dice un poco emocionada.
- Pequeña- Le doy una sonrisa mirando sus ojos marrones.
- Primero que nada, ¡Feliz cumpleaños!-
- ¿Y mi abrazo?- La fastidio un poco.
- No te mereces mis abrazos querido- Dice en forma de burla y con el ego alto.
- Debemos de ir a tu habitación para empezar el día- Dice aún más emocionada, algo pasaba.
- ¿Te encuentras bien?- Alcé una ceja.
- La verdad es que sucede que hoy por ser tu cumpleaños te traje un regalo, y esta en tu habitación, la coloque antes de venir al jardín- Dice ansiada la chica de ahora ya 20 años.
- ¿Y no se supone que es sorpresa?- Le muestro mis dientes mientras rio.
- Tu preguntaste parlanchín- Me demuestra una de sus pocas sonrisas verdaderas.
- ¿Entonces que esperamos?- Le digo sintiendo la emoción en el pecho.
- Vamos- Dice mientras empujaba mi silla.
Llegamos a la habitación 17, la pequeña Mad abre la puerta dejándome ver la cama.
Suelto un pequeño grito de la emoción, en la cama había un peluche grande de oso sosteniendo una guitarra.
Pude imaginarme muchas cosas, pero no esto, de verdad que eso me tomo por tanta sorpresa, no había tocado una guitarra hacía ya mucho y tener una aquí era algo muy preciado y hermoso.
- ¿Y?- Madeline estaba jugando con sus dedos.
- Madeline, yo, o por Dios ya ven aquí y permíteme darte por primera vez un abrazo- Le dije casi llorando.
- Ni lo pienses parlanchín- Dijo entre divertida y seria.
-¿Piensas entonces dejarme llorar de la emoción sin siquiera darte un abrazo mientras te agradezco?- Le dije limpiando una lagrima de alegría.
- Tonto-
Se me acercó y me abrazó, disfrute tanto ese abrazo, por primera vez en tantos meses, la abracé.
- Gracias, gracias, gracias, de verdad gracias- Le dije al oído.
- Oye ya basta, vas a terminar por romperme alguna costilla- Dijo separándose.
Solo reí ante su comentario, me acerqué a la cama para poder apreciar el tesoro, el peluche era uno grande, muy a mi gusto, lo ame al instante.
ESTÁS LEYENDO
Déjame imaginar tenerte
Teen FictionA veces la mente humana es capaz de crear otro mundo, en el cual todos son felices, y todo es perfecto.