La primavera había llegado, trayendo consigo todo tipo de flores, el centro de rehabilitación estaba lleno de esas cosas, odiaba pasar cerca de ellas porque me hacían estornudar.
Para mi suerte, o mala suerte, no sabría como decirlo, a mi madre se le había ocurrido sacarme de aquel lugar, nos dirigíamos hacia un restaurante, era mi favorito porque tenía la vista al mar.
Segú yo, tenia buena suerte y mala suerte, un poco de las dos.
Buena suerte porque me había salido de aquel lugar que hasta ahora seguía siendo un poco aburrido para mi, aunque Mike había cambiado un poco ese pensamiento.
Mala suerte porque me encontraba con mi mamá, y sabía que tal vez solo se pondría a hablar de trabajo y cosas aburridas.
- Hace mucho tiempo no veníamos- Le dije a mi mamá para que notara que extrañaba mucho salir junto a ella.
- Lo sé, a cambiado un poco- Nos encontrábamos caminando por la arena mientras nos dirigíamos al restaurante.
- Ma, adelántate, en un momento llego ¿Si?- Quería disfrutar de la vista sola.
- No tardes- Se fue caminando dejándome atrás.
En pocos días estaría comenzando la universidad, otra vez, odiaba tener que ir otra vez y encontrarme con Kendall y Marco.
Por favor Dios, que Kendall deje de joderme la vida. Amen.
Lamentablemente, la visa es injusta.
Le había dicho a mi mamá que me dejara un momento aquí porque me hace recordar a mi papá.
Muchos se habrán preguntado que paso con el.
Él sufría de un problema al corazón, he pensado muchas veces que la manera en la que murió fue una muy absurda.
Fue gracias a una discusión, si, una discusión.
Llegaba del colegio, mi buen humor al llegar se vería opacado por gritos, insultos, una discusión.
Corrí escaleras arriba, el corazón me latía a mil, estas discusiones se daban por lo menos tres veces al mes.
Como de costumbre, la puerta del cuarto de mis papás estaba abierta, ya me habían dicho muchas veces que no debería de intervenir.
Pero entré.
Ámbos se veían envueltos en gritos e insultos, trate de separarlos, pero por primera vez en la vida, mi mamá me propinó una cachetada en el rostro mientras me intentaba alejar de ellos.
Toque mi lado derecho, sentía arder aquel lado, no me importó en ese momento.
¿Por qué estaban discutiendo?
¿Papá habría hecho algo?
¿Mamá habría hecho algo?
¿Yo habría hecho algo?
¿Qué pasó?
¿Por qué?
Volvieron a los gritos, oía como papá le reclamaba el hecho que acaba de suceder conmigo.
Oía como mi madre le contradecía, y oí su palma chocando con el rostro de mi papá.
Su matrimonio no habría sido el mejor, al principio fueron felices, se conocieron, se amaron, decidieron casarse y tenerme.
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Déjame imaginar tenerte
Teen FictionA veces la mente humana es capaz de crear otro mundo, en el cual todos son felices, y todo es perfecto.