MORT VIVANT | 1

25

-Me gustas, Jimin.

Jimin necesitaba que alguien le recordara como se respiraba, porque definitivamente lo había olvidado al escuchar las palabras de Yoongi.

-¿Q-qué? Creo...creo que escuché m-mal.- tartamudeó. Yoongi lo miró divertido. El nerviosismo se le podía notar a kilómetros.

-Que me gustas, eso dije.

Jimin sonrió sin saber que responder. No era bueno afrontando las confesiones, nunca lo había sido. Yoongi estiró su mano tocándole la mejilla nuevamente. La respiración del menor empezó a volverse irregular cuando vio como Min se acercaba poco a poco hasta quedar a centímetros de su rostro. Sus respiraciones mezclándose y los nervios incrementándose.

-¿Puedo besarte?.- Jimin ni si quiera supo de donde sacó la valentía para asentir dándole permiso, y Yoongi cortó el espacio cuando junto sus labios con los contrarios.

El hermano de Seulgi sintió el momento exacto donde un montón de mariposas volaron en su estómago haciendole sentir cosquillas. Yoongi lo sujetó por la nuca pegandolo más a sus labios y él no dudó en abrir más la boca dándole paso a su lengua ávida y caliente. Sus respiraciones agitadas  y sus bocas juntándose era lo único que se podía oír en la habitación de Park.

Jimin se dejó caer en la cama con Yoongi sobre él, aún sin romper el beso. Las manos curiosas de Min levantaron la camisa del rubio, permitiéndose así, tocar la curvatura de su cintura. El menor jadeo contra su boca al sentir sus dedos frío contra su piel. Yoongi se separó unos segundos permitiéndose respirar, y a la vez, admirar el rostro de Jimin. Daba gracias a todos los dioses por esa mínima luz que les brindaba la luna, ya que le permitía ver sus pupilas dilatadas y mejillas rosadas.

Esta vez fue Jimin quien redujo el espacio entre ambos juntando sus labios nuevamente. Podía quedarse horas simplemente besandolo y tomando todo lo que esa boca tuviera que darle. Yoongi se separó nuevamente yendo hasta su clavícula, dejando un camino de besos hasta llegar a su cuello. El olor a jabón de aceite de almendras colándose en sus fosas nasales le daba un toque más íntimo y delicioso a la situación.

-¡Jimin, Seokjin Hyung dice...!.- Taehyung se interrumpió a si mismo cuando vio a sus dos amigos en una posición y situación bastante comprometedora.- l-lo siento...

Jimin alejó a Yoongi de su cuerpo levantándose de la cama, haciendo el pobre intento de arreglar su ropa y aspecto.

-I-iré a ver que quiere Hyung...lo siento.- y salió de la habitación como alma que lleva el diablo.

-Eres magíster en cagar cosas ¿no?.- dijo Yoongi pasando por el lado de Taehyung. Este último formó una O con su boca ofendido.

-¡En mi defensa no tengo un radar que me diga lo que hacen las personas!.

Seokjin frunció el ceño al ver el rostro de Jimin. Mejillas con un tono carmesí, labios hinchados y cabello alborotado. Por supuesto que no había estado jugando a las cartas con Yoongi en su habitación.

¿Lo peor? Seokjin no fue el único en darse cuenta. Todos sus amigos fijaron su mirada cuando el rubio salió de la habitación y segundos después Yoongi salió de la misma manera. No obstante, como eran personas educadas, no hicieron comentarios al respecto.

Yoongi se sentó al lado de Namjoon pasandose las manos por el rostro completamente abatido.

-¿Y que tal?.- preguntó en un susurró. Min volteó a mirarlo con la ceja alzada.- no me veas la cara de idiota, sabes a lo que me refiero.

-¿Piensas que te voy a contar?.- frunció el ceño.- olvidalo, saca esas ideas de tu cabeza.

-¡Pero Hyung! ¡Soy tu cupido!.