๑​𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐂𝐇🪻๑'-╰─── • ⁽ ˢʰᵘᵘᵐᵃᵗˢᵘ ⁿᵒ ᵛᵃˡᵏʸʳⁱᵉ ⁾

Capítulo 2

Iona mostró un bello broche de oro puro con una esmeralda como joya principal, la coloca cuidadosa sobre la tela perteneciente al uniforme de la valquiria Randgriz que sólo mantenía una sonrisa calmada y curiosa al igual que el resto de valquirias presentes.

──Ya esta. ──Afirmó, dándole espacio.── Está joya conserva un poder oculto que se activará automáticamente, no tendrás que hacer algún conjuro molesto.

──Sí, cuidadora.

──¿Qué es lo que hace exactamente?.

──¡Hermana!. ──regañó la menor.

──Veo que hay desconfianza. ──Miró a la mayor de las hermanas.── Se supone que un alumno debe confiar en su maestro.

──Cuidadora. ──Corrige.

──Llámalo cómo quieras, seguirá siendo el mismo peso. ──Vio por última vez a la castaña.── Oculta bien la joya de cualquier deidad.

──Cómo diga.

Hizo una reverencia en señal de respeto para despedirse después de sus hermanas y desaparecer junto con las demás valquirias que habían presenciado todo, dejando tan sólo a la valquiria mayor y menor.

──¡Un segundo!. ──Exclamó Geir.── ¿Qué pasará con Randgriz si se vuelve un arma?.

──Esta es una batalla de almas, si un alma es destruida no puede volver al ciclo de la reencarnación, por lo tanto es reducida al polvo en el espacio.

──¿Qué?.

──El Niflhel.

──Te lo explicaré. ──Habló Iona, reconfortado a la menor confundida.── Cuando una valquiria se vuelve uno con el guerrero está jura estar con él hasta su último aliento, es decir que si perece, ella también perecerá con él. ──Al notar como lágrimas rodaban por las mejillas de Geir quién asimilaba todo se agachó y acarició su rostro.── Es un sacrificio que debemos tomar, un humano no le puede hacer frente a un dios teniendo armas pobres sin divinidad.

──¿P-Por que... ──Lloriqueo.── ¿Por qué tú no haces sus armas?.

──Geir.

──Es algo complicado hacer armas divinas de la noche a la mañana, no tendría el tiempo suficiente y añadiendo también que no tengo la información necesaria para crear un arma acorde a su creador. ──Explicó serena.── En el futuro estudiaré a fondo, así que no llores.

Ante esa orden la menor limpió sus lágrimas y se calmó sintiendo una calidez maternal abrazarla.

──Geir, debemos irnos.

──Bueno creo que también debo retirarme.

Brunhilde quiso preguntarle algo pero  en un abrir y cerrar de ojos tan solo vio un rastro pobre de magia, dio un suspiro.

──No vemos.

Ya estando en su hogar/taller, Iona se quitó la capa con capucha que le cubría siempre en una forma de pasar desapercibida, aunque es casi imposible al ser reconocida por la mayoría de los dioses.

Se dirigió a una de las grandes estanterías que tenía a su disposición, sacando poco a poco una gran cantidad de libros que se cambiaban cada cierto tiempo debido a los avances de la humanidad, tomando de estos grandes datos y estudios que le servían bien, más solo tomó los que eran pertenecientes a invocación.

Dejó en una gran mesa oscura la columna de libros, suspirando flexionó su cuerpo un poco y tomó asiento, empezando a leer y tomar apuntes, de alguna forma se sentía como ser una vez más la alumna de Odin.