๑​𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐂𝐇🪻๑'-╰─── • ⁽ ˢʰᵘᵘᵐᵃᵗˢᵘ ⁿᵒ ᵛᵃˡᵏʸʳⁱᵉ ⁾

Capítulo 11

──¡¿Qué es esto?!.

Los menores presentes en el palco se aferraron a su madre sin quererlo ver.

──¡El dios más poderoso de la destrucción en todos los cielos!.

El destrozado brazo de Shiva no daba indicios de moverse o recuperarse.

──¡A sido superado por el humano Raiden Tameemon!.

Iona acarició los cabellos de sus hijos queriendo brindarles calma.

──E-Ellos.... Son...

──Muy pode...

──Iona.

El llamado de Hermes que no era nada amigable le hizo verlo.

──Tus hijos parecen algo asustados, ¿Podrías llevártelos?.

Lo que realmente decía era «Tus crías son realmente molestas, llevatelas antes de que las mate yo.»

──Hazlo. ──ordenó también Hera preocupada.── estas escenas son demasiado para un niño.

──¡¿Eh?! ¡No!. ──reclamo el menor mayor.── ¡Estoy bien!.

──Vamos Magnus.

Incapaz de regenar al pedido de su progenitora tuvo que caminar junto con ella afuera del palco.

──Los llevaré a casa.

──¡No madre!. ──dijo Zarek ya más tranquilo.── es aburrido, además ya me leí todos los libros.

──¿Todos? Pero si a mi me tomo años.

──B-Bueno... No tanto así, ¡Pero entiendes!.

──Sí sí. ──palmeo su cabeza para bajarlo.── entonces ¿Qué les parece si los llevó a un nuevo lugar?.

──¡¿Cuál?!.

──Sorpesa. ──soltó una risa por las caras de sus hijos, no les gustaba para que fuera así.── vamos.

El viento suave mecia las hojas y pétalos de diferente flores tanto exóticas como consideradas comunes mientras los rayos de sol bañaban el verde pasto.

──Este es el jardín del Valhalla. ──presentó la mujer.── no viene casi nadie aquí así que...

Los menores se adelantaron en su curiosidad, examinando las nuevas vistas.

Iona negó cruzando sus brazos, sus niños siempre fueron impulsivos para todo.

──¡Madre! ¡Madre!.

Tomo asiento en la fuente junto a Zarek.

──¡Toma!.

──Qué hermoso.

Tomó la manilla de flores pequeñas unidas perfectamente para colocarla en su mano libre.

──¿Cómo me queda?.

──¡Muy lindo!.

Iona acarició su cabello mientras miraba a su otro hijo corretear de un lado a otro, disfrutando del espacioso lugar.

──Ten cuidado, puedes caerte.

──¡No pasa...

Tropezó contra una pequeña roca, impactando su cara contra la tierra.

──¡Magnus!. ──lo levantó limpiando su rostro con cuidado revisando si habría alguna herida.── no vuelvas a hacer eso.

El niño en cambio sonrió provocando que ella también lo hiciera luego de unos segundos.