Capítulo 50

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──Ustedes, ¿Hicieron eso?.

Ciertamente cuando Iona había deseado venganza hacia la diosa egipcia, no esperaba que sus hijos hicieran aquello a pesar de ser un accidente.

──Lo siento tanto.

──No no. ──tomó el rostro de su primer hijo.── mi león, esta bien, no fue tu culpa.

──¡Yo le... ──mordió su labio inferior para alejarsr un poco, más frustrado.

Zareck miró a su progenitora preocupado.

──Lo distraje mucho.

──Y yo dije que no fue su culpa. ──sonrió mostrando la joya mediana.── cumplieron su misión, es una victoria.

──Si madre.

Magnus no dijo nada, solo tomó la mano derecha de su madre para besar su dorso y retirarse.

──Acompañalo. ──aconsejó.── sabes lo que tu hermano paso en nuestra Atenas, intenta comprenderlo y apoyarlo con esto.

──Por supuesto. ──tomó su mano, haciendo la misma acción que su familiar para irse apresurado.── ¡Espérame grandote!.

Iona dejó ir un suspiro para sonreír, se daba aquella libertad pues sabia que sus niños ya no corrían peligro de ser atracados por sus enemigos.

Miro el ámbar, adentro de este tenía un líquido algo brillante que causaba tal atracción a la joya.

Se dirigió a la mesa de su taller, dejó el ámbar y luego se quito su capa para empezar a buscar los materiales que nesesitaba, lista para intentar algo sumamente nuevo.

«Bien.» acomodó los guantes de látex ya colocados en sus manos. «vamos a invocar algo

Un cierto tiempo transcurrió, le fue fácil lograr extraer un poco de ese veneno para su beneficio producto de haber estudiado a fondo la historia de los dioses, entrar a sus mentes y saber lo que realmente pensaban.

«Si lo uno con el Etir, seré capaz de aplacar por completo al Mionglir.»

Usando su magia se teletransporto a la ubicación de la valquiria mayor que seguía deliberando al siguiente combatiente, teniendo a su hermana menor expectante.

──¿Quién sigue?. ──intervino en la conversación de las familiares ya acostumbradas a sus apariciones inesperadas.

──Este hombre.

Iona dejó escapar un grito pequeño de sorpresa, tomando por desprevenidas a las valquirias presentes pues jamás pensaron que un sonido como ese saliera de su boca siendo alguien seria.

──Me sorprende la destreza que tienes para elegir Brunhilde. ──dijo sonriente.── con gusto te acompaño.

En el camino tanto Geir como su hermana mayor estaban confundidas por el aura tan brillante de la mortal, un poco más y parecía dar saltitos de felicidad.

──¿Quién es el peleador?. ──cuestionó susurrando.── ¿Por qué razón la señorita Iona se encuentra tan emocionada por conocerlo?.

──Tampoco lo entiendo.

Finalmente, estando las tres frente esa gran puerta de un material casi de oro con terciopelo que sólo la realeza tendría en su poder. La bruja abrió estas, adentrándose a la recámara del siguiente peleador del lado de la humanidad.

«¡¿Otro pevertido?!.» Geir quedaba boquiabierta, veía a varias mujeres bailar de un lado a otro con diferentes trajes exóticos que no debajan mucho a la imaginación. Tosio varias veces por el humo que contaminaba cada rincón, sintió cierto alivo extraño por escuchar la música no ser tan molesta. «¡¿Por qué la señorita Iona se emocionaria por conocer a un idiota?!.»

๑​𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐂𝐇🪻๑'-╰─── •  ⁽ ˢʰᵘᵘᵐᵃᵗˢᵘ ⁿᵒ ᵛᵃˡᵏʸʳⁱᵉ ⁾ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora