Capítulo 30

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La bruja había regresado a la enfermería, mirando por encima ciertas habitaciones hasta encontrar la indicada.

──¡Señorita Iona!.

──Solo vine a ver su estado. ──calmo a el grupo pequeño de ninfas mientras entraba a la habitación.

──¡Yùlán!.

La del apodo miró al hombre de su raza sonriente, no tenía ningún pudor de exibir su cuerpo herido y trabajado.

──¿Viniste a verme?.

──Sí. ──se cruzó de brazos.── te veo bien, no tendrás cosas graves más que una cicatriz.

Hubo un corto silencio dónde Iona miró de reojo a las presentes divinidades menores quienes entendieron dejando el lugar y cerrando la puerta cómo privacidad.

──Oh, ¿Estas molesta?.

Quin Shi Huang no notaba nada malo de ella, sintiendo nostalgia por su aura tan tranquila, sin darse cuenta estaba ahora sentada en la cama a un lado suyo.

──No. ──dijo colocando su mano sobre la cabeza del hombre, como si de una mascota se tratara.── me sorprendió, y por esa razón no devorare tu alma todavía.

──Que descarada.

Con una velocidad nada normal, ahora el mortal estaba más cerca de ella que sólo lo miraba neutral a pesar de una invasión a su espacio personal.

──Me engañaste, me asesinaste y ahora pretendes usarme para tus planes oscuros. ──frunció el ceño.── Deposité mi confianza en ti y terminaste por destruir todo mi reino junto con mi corazón ahora en tu poder.

Una pestilente ira invadió cada rincón de la habitación, sería asfixiante para cualquier persona o ser pero Iona no reaccionaba a sus palabras llenas de rencor y odio con un toque grande de venganza, quería reír un poco pero sólo sonrió en su neutralidad y calma.

──Te contaré una historia. ──cerró sus ojos por un momento.── yo fui una reina, gobernaba en tierras llenas de abundancia y riquezas, estaba destinada a ser la mejor de todas. Lastimosamente el rey quién era mi esposo se lleno de celos y odio contra mi por ser más favorecida por los dioses y en su arrebato me llevó a una muerte inminente, acusandome de varias cosas que jamás había hecho. ──abrió sus ojos.── así que lo asesine, ahora su cadáver destripado junto al de su amante llacen en una de las habitaciones del Valhalla... Era un buen rey.

Al terminar, abrazo de manera imprevista al hombre como si fuera una presa a devorar.

──Ya lo entiendes, ¿Verdad?.

──¡Señorita Iona!.

Iona volteó mientras se levantaba de la cama dejando al contrario tomar un respiro y sin contestar a su pregunta.

──Tranquilas, él no dirá nada. ──aclaró al ver sus expresiones preocupadas.── es un pobre humano después de todo.

──B-Bueno. ──se digno decir una.── habrá un juicio pedido por Atenea, la señorita Nike es la acusada.

«¿Tan rápido?.» se mantuvo en un silencio dejando a las ninfas más preocupadas, algo que deseaba provocar.

──Esta bien. ──camino entre ellas.── digan lo que saben.

──Debo decir, madre de las brujas. ──sus palabras lograron detener el paso recto de la mujer.── que el traje te sienta mejor que un vestido.

Al ver su curvada sonrisa llena de confianza decidió ignorar ese comentario innecesario volviendo a seguir a caminar, las ninfas explicaron toda la situación como podían y no pintaba para nada bien con respecto a la desdichada diosa de la victoria.

๑​𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐂𝐇🪻๑'-╰─── •  ⁽ ˢʰᵘᵘᵐᵃᵗˢᵘ ⁿᵒ ᵛᵃˡᵏʸʳⁱᵉ ⁾ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora