—Eli, tú eres de Ohio, ¿verdad? —Lancé la pregunta sin previo aviso mientras terminábamos de lavar los platos y Oli miraba una película en la sala. Típica situación de un viernes por la noche que ya se había convertido en ritual.
Desde la conversación con Anna, la cabeza me iba a mil kilómetros por hora a toda hora del día porque, si bien todo lo que me había dicho me interesaba, también me generaba muchas dudas: Green & Cute era una compañía pequeña (más pequeña que Zoomers), pero a la vez muy nueva ya que solo tenía un año en el mercado. Había mucho por hacer, pero no tenían prisa. Estaban basados en Columbus, una ciudad considerablemente más grande que Erie, lo cual me llamaba la atención, sin mencionar que estaba más cercana a Chicago.
Anna me había propuesto viajar la semana entrante para conocernos personalmente y conocer las oficinas.
—Sí —respondió, algo extrañada.
—¿Has estado en Columbus?
—No.
Rodeé los ojos, algo divertida por sus respuestas monosilábicas—. ¿Qué no eres de Ohio?
—Sí, de Cleveland, Vanessa.
—Pensé que tenías familia en todo el estado.
—¡Yo jamás dije eso! —Elise rio y abanicó su mano húmeda hacia mí para mojarme—. Mi familia está en Cleveland y parte en Toledo.
—Tecnicismos. —Pretendí molestarme, secando las gotas de agua que habían aterrizado en mi rostro gracias a su ataque.
—No te pases de lista, niña. —Ella se acercó como una depredadora y plantó un beso en la punta de mi nariz, tan suave que apenas sentí sus labios.
Solté una risita. Me encantaba molestarla—. Pues si te interesa saber... Puede que mi próximo empleo sea allí.
—¿En Cleveland?
—En Columbus.
—Oh... —Elise alzó las cejas, pero no dijo nada más.
Por un momento me pareció ver una sombra de decepción atravesando su mirada, mas no estaba segura. Elise tenía esa forma de mirarme que a veces me confundía y realmente no quería darle muchas vueltas al asunto. Temía que no condujera a ningún lado.
—Pero creo que no están lejos, ¿verdad?
Ella negó con la cabeza—. Unas dos horas.
—La amiga de Jeff, Anna, me llamó ayer para darme más contexto acerca de la compañía y de lo que están buscando —empecé, sintiéndome repentinamente nerviosa. Me sequé las manos con el trapo de cocina aunque las seguía sintiendo húmedas y temblorosas—. Ayudan a comercializar productos sustentables orientados a diversidad. Quieren que los ayude a armar la estrategia de gestión de personas.
—Guau, suena interesante —mencionó impresionada.
—Sí, de veras que sí. —No sabía por qué me sentía tan extraña al hablar de esto con ella—. Quizás deba ir a Columbus la semana entrante.
—Sería lo más lógico. Me han dicho que la ciudad es hermosa.
—Por lo que estuve leyendo, lo es.
Un pesado silencio cayó sobre nosotras. Sabía que debía estar emocionada por esta oportunidad, pero también me sentía mal al ser portadora de malas noticias y estar constantemente anunciando mi partida.
No me hacía bien. Ya era completamente capaz de identificar esa sensación, de asumir que mis sentimientos por Elise me afectaban profundamente y me afligía tener que irme. Pero quedarme... Realmente no veía un futuro profesional para mi aquí. ¿Qué se supone que haría? ¿Quedarme con Oli mientras Eli cumplía su sueño? Por más que adoraba a la niña, mis expectativas estaban puestas en otro lado.
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La distancia entre nosotras ©
Roman d'amourIncapaz de soportar el dolor de su corazón roto, Vanessa decide aceptar un empleo en la remota ciudad de Erie, Pennsylvania, donde espera recuperarse de los estragos emocionales producto de su fallida relación con Amanda. Pero sus esperanzas de no v...