Louis Tomlinson es príncipe de Inglaterra, pero no es cualquier príncipe, es uno donde le importa un carajo todas aquellas reglas y lineamientos que tienen desde que son recién nacidos. Louis junto a Zayn y Niall son un desastre total, los tres prín...
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Elvis Drew, AVIVIAN ; On me ❝ Waiting on me, craving on me, dying for me, i know. ❞
"Está esperándome, anhelándome, muriendo por mi, lo sé."
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Eran las cinco y media de la madrugada, el cielo todavía continuaba obscuro pero a nada de comenzar a aclararse, Harry fue despertado gracias a una mujer de servicio que entró a la habitación sin previo aviso.
—Jóven Styles. —habló con amabilidad y una sonrisa. —Es hora de despertar.
—¿Qué hora es? —preguntó tallando sus ojitos, aún con sueño.
—Cinco y media. Lamento despertarlo tan temprano pero son órdenes de la reina Johannah y la princesa Félicité. Favor de ponerse algo cómodo y que lo mantenga caliente, pues saldrán al bosque a caminar...
—Oh, gracias... —sonrió aún con sueño, miro a su lado y estaba vacía la cama, por lo que pregunto. —Una pregunta, ¿y el príncipe Louis?
—Él tuvo que salir, nada de que preocuparse, pero son cosas típicas y comunes que tienen que hacer cada que vienen aquí. Es común, tuvo que salir con las gemelas.
—Gracias, de nuevo.
—Para servirle, me retiro.
Y sin más se quedó ahí Harry solo en la habitación, aún con sueño pero pensando varias cosas, se acostó cubriéndose por completo.
—Lo que hago por ti, Louis Tomlinson, nunca me despierto a esta hora.
Fue el único y último comentario que hizo, se levantó sin nada de ganas para comenzar a caminar en dirección a su maleta y tomar ropa cómoda y que lo caliente, así como pidió la mujer.
Salió después de un rato, dirigiéndose a la enorme sala esperando a las dos mujeres más importantes en la vida de Louis, aún se mantenía con sueño, pues insiste en que nunca se había levantado tan temprano en su vida, y mucho menos para caminar.
—Buenos días. —comentó Félicité con una enorme sonrisa en su rostro, siendo la primera en llegar a su lado.
—Buenos días Félicité. —comentó tímido pero sonriendo.
—Puedes llamarme Fizzy.
—Oh, no me gustaría tomar confianzas que aún no me corresponden. A penas ayer por la noche te conocí, y... —lo interrumpió.
—Y nada, llámame Fizzy, es la manera en la que me gusta que me llamen, no me molesta para nada, si me molestará no te estaría diciendo que me hables con ese apodo. —buen punto.
