•Extra•

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Esa misma noche...

—Seguramente ese bastardo la tomo—tiró las camisas que tenía en las manos y salió de su habitación hacia la de su hermano menor.

Entro sin tocar y se encontró con el cuarto desordenado, ropa tirada por doquier. Y Tony entre ellas.

—¿Dónde está... Dónde está...?

—Anthony me pregunto si... ¿De casualidad cogiste sin permiso uno de mis polos, verdad?

—Que casualidad Greg—rió tirando la ropa. El rubio la esquivaba ya que iban directo hacia él.—Yo también estoy buscando mi camisa favorita de AC/DC.

—Tony tú—repentinamente entro Arno hallando juntas a las personas que deseaba ver  por lo menos, solo esos instantes.—Que bueno, están los dos aquí. Ustedes no saben dónde carajos está mi camiseta, ¿O si? Porque no la encuentro.

—Hermanito nosotros tenemos el mismo dilema por aquí—rodó los ojos continuando con lo suyo.

Jarvis que pasaba por ese pasillo vio a sus amos discutir, así que decidió acercarse más rápidamente para intervenir y preguntar.

—¿Que los atormenta mis señores?

—Mágicamente nuestras camisas desaparecieron, Jarv.

—No lo sé, no creo que se hayan quedado en la secadora señores—pensó. Sabía de cuáles hablaban porque no buscarían una simple camisa con tanto ahínco, amenos que fueran sus favoritas.

—Que se le va a hacer—suspiró despeinando su cabello.—No importa, puedo conseguir otra de esas—le resto importancia el hermano del medio, solo era un pedazo de tela que fácilmente podía conseguir chasqueando los dedos.

—Bueno... Era mi favorita—dijo con algo de tristeza Gregory.

—Esa no era mi favorita, era mi súper favorita muchachos, me resigno a perderla, tiene tanto tiempo conmigo que guarda un gran valor sentimental.

—Estúpido—susurro el castaño divertido.

—Las buscaré de todas formas, pero no prometo nada.

—Gracias Jarvis—corearon los tres.

—Y señor Anthony, por favor limpie su cuarto.

—Si, Jarvis—exhaló derrotado.

°°°

Steve babeaba entre sueños, con las camisetas que buscaban hechas bolita siendo mojadas y abrazadas por él. Tenía una sonrisa feliz, el olor de sus Alfas lo ponía de buen humor incluso dormido.

No pregunten cómo hizo para obtenerlas, las necesitaba y las consiguió costará lo que costará. Jamás las devolvería, JAMÁS.

𝓣𝓻𝓮𝓼 𝓐𝓵𝓯𝓪𝓼 𝔂 𝓾𝓷 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora