°¿Es un dulce encuentro?°

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Joseph contempló como las dos joyas más preciadas de su vida vinieron a su encuentro tomados de la mano, sonrió ampliamente mientras los atraía eufórico hacia ellos para presentarlos a su gran amigo y a veces socio cuando de negocios se trataba. Él no los conocía personalmente ya que por cosas del día a día nunca se les dió una verdadera oportunidad para encontrarse cómo es debido hasta esta noche.

-Sarah, Steven, les presento a mí querido amigo Howard Stark-señaló felizmente al de cabello blanquecino que hizo un tipo de reverencia divertido por lo hiperactivo que resultaba ser su amigo.

-Es un placer al fin conocerlos-hablo caballeroso aquel obvio Alfa de ojos café de semblante imponente y voz rasposa. Steve solo se limitó a sonreír con cortesía, un poco apenado por la atención.

-Es un gusto verlo en persona, señor Stark-Sarah acercó su mano al mayor. Este la tomo con delicadeza besando su torso como si fuese la mismísima reina de Inglaterra.

-Me gustaría qué también conocieran a mi esposa, María querida, ven-llamo a una mujer de casi la misma edad que la Omega, de cabello rubio cenizo que se acerco a ellos a paso elegante y suaves.-María ella es la esposa de Joseph, Sarah y su hijo Steve.

-Oh guau, es un verdadero placer, en serio. Nos a hablado mucho de ustedes, y tenía ganas de conocerlos finalmente en persona.

Steve se sentía un poco nervioso en ese círculo de adultos dónde prácticamente reinaba la relevancia y reconocimiento que los cuatro tenían. Aunque perteneciera allí sentía que no encajaba del todo en esa "multiplicación". Oh Dios mío que presión, deseaba con todo su corazón retirarse y acabar con esa pesadilla semi agradable, quizá si se desvanecía lentamente...

-¡Ah! Así que estaban aquí, padre, madre-se oyó la voz baja y ronca de un hombre que se venía acercando hasta detenerse en medio de los mencionados con una sonrisa sumamente atractiva. Su apariencia se asemeja a la del señor Howard, con la diferencia que es un tanto más bajo que él, castaño de ojos ámbar y barba de candado, un poco extraña pero no se veía mal, al contrario. Por supuesto desde lejos se podía notar que era un Alfa; el aroma que destilaba con sutileza es exquisito, una mezcla de chocolate y café.-Los estuve buscando por todo el salón.

Inmediatamente el rubor subió por su cuello hasta detenerse en sus mejillas, ¿¡Que hacía detallando al guapo hijo del amigo de su padre!?. Unos más que otros tenían el olfato sumamente desarrollado, como él. Permitiéndole distinguir la casta de los demás más fácilmente, o muy bien sus olores si no usaban inhibidores o tapaderas como el perfume, en su caso.

-Stevie ¿Te encuentras bien?-preguntó preocupada la Omega. Al notar su mutes giro su rostro para inspeccionar que pasaba, pero lo hallo un tanto sudado y sonrojado, entrelazando los dedos de ambas manos en un juego nervioso.-¿Te a dado calor, tienes fiebre?

Absorto en sus cavilaciones no reparó en que las miradas posaron en su persona, aumentando su ansiedad que muy bien supo ocultar en una sonrisa incómoda, escondió sus manos tras su espalda rápidamente y negó y asintió reiteradas veces.

-A-Ah si madre has acertado, tengo un poco de calor pero no pasa nada, no te preocupes luego saldré a tomar aire-dijo a lo que ella asintió aparentemente convencida. Que vergüenza sentía en este momento, pero en verdad su interior o lobo antes conmocionado se hallaba inquieto y no daba razones para ello dado lo mal que se sentía emocionalmente.

-Anthony hijo mío llegas en un magnífico momento, verán les presento a mi...-

-Soy Tony Stark, hijo menor de los Stark-interrumpió a su progenitor.-No me digan Anthony por favor, no me gusta-vio de reojo a Howard acusadoramente con una ceja alzada, él sabe cuánto detesta que lo llamen por su nombre de pila.

-A-Ah un placer Tony, mi nombre es Steve-después de su madre él también estiró su mano avergonzado para alcanzar la del joven, volvió a sonrojarse y a esbozar una diminuta sonrisa ansioso y no sabía por qué. Eso le pareció muy tierno al castaño, que devolvió ambos gestos con un semblante tranquilo para calmar la obvia incomodidad del rubio frente a él, y por alguna razón quería eliminarle cualquier malestar que tuviese.

-Un gustó, Steve.

Al estrecharse sus pieles entraron en contacto por ese breve saludo, sintieron un electrizante escalofrío que les recorrió todo el cuerpo haciendo que se separaran rápidamente por el "frío/calor" que todo su ser en un segundo experimento. Un leve ardor invadió una zona en concreto de sus brazos, ese calorcito extraño dentro de sus pieles les hizo palidecer.

-¿Pero que...?-murmuró aturdido.

-Que sorpresa-Tony tenía una sonrisa entre complacida e impresionada dibujada en su rostro. Gracias a que se quitó el saco y se subió un poco las mangas del suéter que llevaba debajo, pudo ver fácilmente el nombre qué se dibujo en su muñeca en preciosas letras cursivas.-Quien lo diría, jamás imaginé toparte justamente aquí.

Howard y María estaban impresionados, mientras que a Sarah y Joseph casi se le salen los ojos de las cuencas por tan impactante descubrimiento.

Steve no sabía realmente cómo sentirse al respecto, cómo debería tomarse la sublime situación. Si, a estado esperando esto por tanto tiempo que creyó jamás ocurriría pero fue tan repentino que simplemente quería llorar, muchos, muchos años esperando a su Alfa y está justo frente a él. Y justo hace unos minutos, horas, días y semanas se lamentaba tan miserablemente por no hallarlo. Su corazón estaba muy, muy agitado.

-O-Oh Dios...-dijo entrecortado con sus emociones encontradas a flor de piel, y con sus ojos comenzando a cristalizarse, él se levantó la manga de su camisa hasta su antebrazo para descubrir la muñeca de su brazo derecho, contempló con añoranza el "Tony Stark" marcado.-Por fin... Por fin estás aquí.

-¡No puede ser!-musitó sorprendidamente exaltado el jefe de la familia Rogers.

-Joseph cariño cálmate-trato de serenar la señora Rogers a su conmocionado esposo que cubría sus labios con los ojos muy abiertos.

Ella también estaba igual de sorprendida, nunca imagino presenciar este momento tan especial en la vida de su cachorro, tampoco pensó que el hijo de los Stark sería el destinado de su primogénito, ¡Tremenda coincidencia!. Pero estaba emocionada y no pudo evitar que lágrimas pasajeras inundarán sus ojos, ¿Será que su niño al fin podría cubrirse de felicidad?

Al fin su sueño más anhelado se a cumplido.

•••

Mucho antes deje una nota aquí de que no me gustaba estancarme y tal pero... ¿Lit? ¡Esto necesitaba más desarrollo! ¿¡Cómo se me ocurrió que todo pasara en chinga!? Deos, carajita al fin (⁠ノ⁠`⁠⌒⁠'⁠)⁠ノ⁠┫⁠:⁠・⁠┻⁠┻
Pero ajá, aquí ando editando nuevamente y si me está gustando más los resultados ☺️♥️.

𝓣𝓻𝓮𝓼 𝓐𝓵𝓯𝓪𝓼 𝔂 𝓾𝓷 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora