°Epílogo°

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Para ninguno de los padres fue fácil manejar a sus tres cachorros, a pesar de que eran cuatro, el único que podía controlarlos era nada más y nada menos que Jarvis, si, Jarvis. Claro que solo tenían que mantener bajo vigilancia a Andrew y Tobey, porque Peter era un ángel, sobre todo con su madre.

Lo que si se daba a notar bastante es que los tres cachorros eran muy sobreprotectores con Steve, al ser Alfas sentían la necesidad de cuidarlo y protegerlo de todos, incluso de sus padres. En ocasiones los tres hombres se llevaban a los niños al trabajo, Peter iba con Tony, Tobey con Arno y Andrew con Gregory, esos pequeños eran felices allí.

En cambio cuando el Omega se quedaba a solas se tomaba un tiempo para él y para hacer los quehaceres del hogar. Después de haber tenido a sus hijos no a vuelto a trabajar y extraña hacerlo. Pero se prometió que cuando los chicos crecieran volvería a lo suyo, mientras el que estaba a cargo era su papá junto a Buck. Aún recordaba cuando le mostró los bebés a Joseph, este lloro a mares cuando conoció a sus pequeños nietos. Howard se tomo su tiempo para cargar a cada uno y prometer que sería el mejor abuelo del mundo. Y es aquí cuando otra pelea se formó.

¿Quién sería el abuelo favorito?

María y Sarah sabían que cada una tendría un lugar en el corazón de sus nietos pero Joseph y Howard pretendían no saberlo. Luchaban todo el tiempo por la atención de los castaños y su amor. De igual forma sus hijos siempre tenían mucho cariño que dar, aunque eran unos terremotos, son unos muy lindos y adorables.

A medida que fueron creciendo demostraron lo listos que son. Cuando tuvieron diez meses aprendieron a caminar, uno más rápido que otro siendo Peter el último, que al ver que sus hermanitos avanzaban no quiso quedarse atrás. La primera palabra de Tobey fue Jarvis, el mayordomo lloro en silencio mientras lo abrazaba con dulzura. Steve no pudo evitar fotografiar ese hermoso momento y guardarlo en el álbum familiar.

La de Andrew fue abuela, entre balbuceos fue lo que pudieron entender. Ninguno supo a cual se refería su pequeño. Mientras que Peter, todos pensaban que sería abuelo o papá, pero no, fue mami cómo Steve esperaba. Él era el más apegado al Omega, era obvio que sería su primera palabra. A la mamá siempre debían darle su lugar.

Pensó que al menos uno de ellos sería Omega como él, pero tampoco fue así, en la prueba que le realizaron de castas cuando cumplieron los cinco, que debía hacerse para poder ingresar al kinder, salieron positivo para Alfas. Sus esposos estuvieron muy felices, el legado seguía. Steve si se deprimió un poco pues esperaba que aunque sea, su dulce Pete sería de su misma casta. Esto nunca se lo dijo a nadie.

Cuando ingresaron a la escuela primaria, muchos problemas se presentaron.

Los niños resultan ser crueles e injustos, por ello sus cachorros constantemente terminaban en la rectoría. A Rogers no le agradaba el comportamiento de esos niños, menos sus burlas hacia sus hijos por tener tres padres, ¡Tres padres Alfa! Sabía que no era algo común, ¿Pero que más da? Él no lo pidió así, pero estaba feliz con el resultado, los hermanos Stark son maravillosos y los mejores padres del mundo. Por eso a la escuela le cayó una demanda y sacaron a los Alfitas de ahí.

Los inscribieron en una escuela pública por petición de ellos mismos, aunque al principio a Tony, Arno y Gregory no les agrado la idea, Steve los convenció con una apasionada noche. Que sea lo que sus hijos quieran. Aquí las cosas serían peor, pero si ellos deseaban estudiar ahí, no podían hacer más nada.

—¿Mamá?—llamo el menor de sus cachorros.

—Dime cielo—Steve peinaba el cabello del pequeño de once años.—¿Que pasa?

—Tú... ¿Nos amas, a mis hermanos y a mi?

Paro en seco. Extrañado giro el cuerpo del niño para que lo viera a los ojos, acunó sus mejillas y las acarició con sus pulgares.

𝓣𝓻𝓮𝓼 𝓐𝓵𝓯𝓪𝓼 𝔂 𝓾𝓷 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora