°Un Parque sin Diversión 1°

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Fue difícil aceptarlo en primera instancia, pero son capaces de hacer cualquier cosa con tal que su chico estuviera contento. Hasta ir a un parque de atracciones, con gente, mucha gente alrededor.

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-"¿Un parque Steve?"-preguntó con las cejas fruncidas.

-"Ajá, no he ido desde que era solo un niño, así que me gustaría ir con ustedes. Encárgate por favor de decirle a tus hermanos, los veré allá"-y corto la llamada.

°°°

Cuando estuvieron en la entrada buscaron por toda la zona tratando de encontrar al rubio.

Hay muchas personas ya qué eran las tres de la tarde. Pudieron localizarlo, más bien él a ellos, traía puesto unos jeans de mezclilla azul, una camisa negra un poco holgada y unos tenis blancos. Sencillo pero hermoso. El Omega los saludo con un beso a cada uno en los labios, sonrieron embobados y Steve se ruborizó, solo un poquito.

-Hola-sonrió mostrando todos sus dientes perfectamente blancos como finas perlas.-Se ven muy bien.

-Hola querido, tú también eh-respondieron el saludo al mismo tiempo y hasta con las mismas palabras. Se miraron extrañados.

-Aunque... ¿No van un poco formales?-rió.-Vamos a divertirnos no a una junta ejecutiva.

Ahora los avergonzados eran ellos, Steve no paro de reír, sus caras eran todo un poema. Si. Quizás estaban muy formales con sus trajes, pero, ¿Y eso que? Ellos eran unos Stark y los Stark jamás perdían el estilo estén donde estén, aunque tampoco admitirán que jamás habían estado en un lugar así. Eran niños, adolescentes y ahora adultos muy ocupados.

-No se preocupen así me gustan más, mejor vamos-hablo ante el mutismo de los Alfas.

Steve fue adelante admirando toda la amplia estancia llena de juegos. Unas pequeñas estrellas de luz se alojaban en sus ojos, haciéndolos brillar.

Los Stark solo se propusieron seguirlo, ver el parque y a las personas. Pararon cuando el Omega se detuvo, este veía algo emocionado. Observaron que era, y se trataba de un peluche con antifaz, traje azul y un brazo metálico con una estrella roja. El juego consistía en tirar unas pelotas dentro de un agujero, se veía sencillo. Porque era sencillo, ¿Verdad?

Steve trato pero se le dificultaba, ninguna entraba al inmundo orificio. Sabía que alguno de esos juegos tenían truco, cosa que era injusto y solo lo hacían para ganar más dinero, pero no podía hacer nada al respecto más que rezar por tener suerte. Al cuarto intento una persona lo empujó, giro para encararlo y preguntarle si tenía algún problema o solo fue por error, pero mejor, se hubiera quedado callado.

-Oye amigo tienes algún proble... ma-quedó mudo al reconocer a la persona que tenía en frente.

-Pero miren a quien tenemos aquí, ¡El pequeño Rogers! Omega... inútil-Johann Schmidt el bravucón de la escuela, él y su pandilla nunca lo dejaron en paz cuando estaba en la preparatoria.

Tenía una rara y enfermiza fijación hacia su persona al igual que su segundo al mando Brock Rumlow, que en estos instantes lo veía con una sonrisa perversa que le provocó escalofríos y un terrible sentimiento en el corazón.

Al parecer hay cosas y personas que se rehúsan a cambiar. Siempre hizo un esfuerzo por no toparse con él o ellos en la preparatoria o la calle, llegando más tarde y saliendo más temprano, almorzando con los maestros y evitando los baños, todo eso que pudiera relacionarlos. Ahora que son adultos y tomaron rumbos distintos, creyó que nunca más lo vería de nuevo. Y era obvio ¿No? El pasado es el pasado, aunque nunca pudiera olvidarse; y estando cara a cara nuevamente, el miedo que tanto le tuvo regresaba desde sus más oscuras pesadillas escolares.

-Nos volvemos a encontrar... rata escurridiza-relamió sus labios con una mirada que le provocó náuseas.-Tenemos cuentas pendientes.

Miro su entorno buscando desesperadamente, ¿¡Donde estaban los muchachos!?

•••

-Nos hemos perdido y dejamos a Steve solo-gruño Arno hacia los contrarios, viendo a la abundante gente pasar con sus niños por si lograba encontrar esa cabellera rubia.

-Calma hermano, pronto lo hallaremos, fue mala idea venir por algo de comer sin tener un mapa de aquí, y mucho menos sin decirle-suspiró.-Estará... bien-arrugó la cara por una sensación preocupante que lo invadió repentinamente. Tenía miedo y su animal interno comenzaba a desesperarse.-No habrán sentido lo mismo que yo, ¿O si?

Giro la cabeza en dirección a los castaños que con esa mirada sería que le dedicaron, entendió sin palabras de por medio.

-Definitivamente es Steve, lo podemos sentir por el lazo que compartimos, tiene miedo y está en problemas, debemos... ¡Friday busca a Steve rápido!

Enseguida señor.

•••

🤪😬

𝓣𝓻𝓮𝓼 𝓐𝓵𝓯𝓪𝓼 𝔂 𝓾𝓷 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora