°Y el final llega°

590 70 5
                                    

10/12/2020

Con una sonrisa observo a sus preciados niños, no pudo evitar que sus ojos derramaran lágrimas de completa felicidad, entre sus brazos tenía a Tobey, Andrew y Peter, trillizos que nacieron sanos y bonitos. Sus cachorritos que llegaron al mundo en una noche tan fría de Diciembre.



La nieve pintaba con su fría belleza las flores y plantas de su jardín, el pavimento, los árboles y el risco. La sala tenía como habitante un precioso árbol artificial decorado por ellos mismos, era tan hermoso con las luces de colores y las bolas escarchadas.

Esa noche estaba completamente solo, nada más contaba con la compañía de Friday, la I.A. En una época tan atareada como está todos tenían que trabajar, por ende nadie pudo quedarse a su lado. Los hermanos iban a contratar ha alguien para que lo acompañase, pero se negó. Con Friday era más que suficiente, era una asistente muy eficiente.

No querían aceptar su decisión pero al final terminaron cediendo. Podía cuidarse solo, además, nada malo pasaría por quedarse una noche a solas, aunque, ultimamente estaba mal, dolores extraños e incomodidades. Nadie sabía sobre ello. Prefirió mantenerlo en secreto ya que sus Alfas estaban muy estresados y no quería que se preocuparan por nada, después de todo los dolores iban y venían.

Estaba atravesando el último trimestre así que supuso que era normal, su fecha de parto estaba estipulada para ocurrir en una o dos semanas, así que no había nada de que preocuparse.

—He terminado, son las... ocho, así que me iré a descansar—hablo hacia la nada. Dejo la taza donde había tomado té para relajarse, seco sus manos y sonrió.—Cuando regresen por favor avísame.

—“Por supuesto señor Rogers, que tenga una buena noche”—le respondió la voz cibernética de la fémina.

Asintió como si de verdad estuviera alguien frente a él. A pasos lentos avanzó hasta las escaleras subiendo de a poco, su vientre era muy grande y pesado, pero podía manejarlo.

Llegó al cuarto para recostarse en la cama, cubrirse por completo con la frazada por el frío y pedirle amablemente a Friday que apagará la luz. De inmediato cayó rendido, no sin haber hecho una mueca de molestia.

[°°°]

—“Señor Rogers por favor despierte, señor Rogers es una alerta, percibo anomalías en su cuerpo. Señor Rogers”.

Despertó agitado y sudoroso, mordió su labio para no gritar, el vientre le dolía horrible al igual que su espalda baja y su cadera. Quito la molesta sábana quedando descubierto, inhaló y exhaló con dificultad, abrazo su gigantesco vientre gruñendo incómodo.

Su ropa estaba húmeda, no solo la superficial sino que también la interior.

—Duele, duele mucho... qu–que pasa...—se arqueó por el fuerte dolor.—No, no... ¡Ahora no por favor!

Suplico sabiendo lo que esos dolores significaban, estaba entrando en labor de parto y ya rompió fuente, la cama estaba empapada por el líquido viscoso.

—¡Llama a los chicos... por favor!—hizo amago de levantarse, pero los dolores y el peso no lo permitían.

—“Apenas mis sensores detectaron el problema le envíe una notificación al señor Stark señor Rogers, por favor mantenga la calma ya vienen en camino”.

Era imposible hacerle caso. Estaba completamente solo y sin ayuda física, Friday no podía hacer nada para ayudarle y sus hijos estaban por nacer, podía sentir el como se movían inquietos y como su canal se preparaba para dejarlos salir.

𝓣𝓻𝓮𝓼 𝓐𝓵𝓯𝓪𝓼 𝔂 𝓾𝓷 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora