°Un Parque sin Diversión 2°

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!:Agresión.



Fue hábilmente acorralado por el hombre; el pelinegro con una de sus sonrisas retorcidas bastante conocidas le mostraba sus colmillos, intimidante. Los Alfas y Betas que le hacían compañía copiaron sus acciones. ¿Que se proponían hacerle?

Dos de los secuaces de Schmidt lo agarraron de los brazos con mucha fuerza, llevándolo en contra de su voluntad firmemente a un lugar apartado del parque. Forcejeaba con la esperanza de conseguir su libertad pero era inútil porque a comparación de él, son más fuertes.

Con pánico miro a las personas pidiendo algo de ayuda desesperada, pero estos seres se hicieron de la vista gorda y oídos sordos, solamente lo ignoraron y apartaron como si no estuviese pasando.
¿Quien querría meterse en una riña que no les pertenecía? Nadie.

-Estás personas son tan miserables y cobardes que no te ayudarán, no te esfuerces-sonrió cínico apurando el paso.-Así son las personas Rogers, no les conviene meterse en problemas. No harán nada para ayudar y menos a un Omega como tú.

El sitio al que lo llevaron estaba desolado y muy apartado del ojo público, una zona desierta de los juegos donde solo se hallaban restos mecánicos. Lo tiraron al suelo con brusquedad, sintió como sus manos se lastimaron por las piedritas de la tierra provocándole ardor en las pequeñas heridas. Cerró los ojos sobando el raspón.

-Déjame en paz Schmidt, todo quedó en el pasado, ¡No debes continuar con esto! Deja que me vaya y no tomaré represalias contra ti, lo olvidaré todo lo prometo-intentó negociar mientras se levantaba del suelo.-Haré como si nada hubiese ocurrido.

Los presentes se alarmaron pensando que correría, pero no, sabe que lo seguirían y sería mucho peor hablando desde la experiencia. Pudo reconocer a Zola, el beta que siempre estaba acompañando al Alfa, sinceramente desde el día uno le causó repelús su sola presencia. Este hizo amago de acercarse pero con un movimiento de mano Johann detuvo sus intenciones.

-¿Qué lo olvidarás todo... Que te deje ir...?-cerró los ojos pensativo, burlón por demás.-¿Estás seguro de que no dirás nada Rogers?

Asintió con una sonrisa confiada. Pero se borró de inmediato cuando oyó la risotada estruendosa del hombre a escasos centímetros de él.

-Me encanta cuando tienes fe rápidamente en las personas Steven, a final de cuentas resultas realmente jodido.

Con pasos bastante rápidos avanzó hasta Steve; lo golpeó directamente en el estómago arrebatándole todo el aire de los pulmones. Cayó de rodillas al suelo abrazando la zona lastimada, tosiendo con las lágrimas asomándose de sus ojos, e inevitablemente pensó ¿Dónde están esos inútiles cuando más los necesita? ¡Nunca fue bueno en las peleas!

El agresor un tanto divertido enredó sus dedos en su cabello, lo tomo con bastante fuerza y ejerció presión provocándole dolor a su cuero cabelludo. Elevó su cabeza bruscamente lastimando su cuello en el proceso, lo dejo cerca de su despreciable rostro para que lo mirase. En un acto de puro valor y rebeldía por la rabia que esto le dió, que le escupió la cara al azabache obviamente sin sorprenderse por la expresión airada que colocó. Su asqueroso rostro divertido se deformó.

-V-Vete al diablo imbécil.

Furioso le proporciono una bofetada a su pómulo derecho girándole el rostro. El golpe ardió mucho, e incluso le partió el labio haciendo que brotará un hilo de líquido carmesí. Probó el sabor metálico de la sangre, lo miro lleno de rencor. Nunca lo había odiado tanto como ahora por haber manchado su preciosa piel.

-Oh, hueles a miedo puro-olfateó el aire. Puede que en su mirada reflejará odio, pero por dentro su lobo y él morían del terror, sus feromonas lo delataban perfectamente. No podía moverse y eso era del agrado del más alto.-No sabes cuánto placer me causa esto Rogers, no lo dudes ni por un segundo. Te haré pasar por el peor infierno por haberme hecho aquello, bastardo-lo último lo soltó iracundo.

Le regreso otra bofetada ahora a su mejilla izquierda. Las dos estaban rojas y quemaban como nunca, lo dejo ir con fuerza cayendo de trasero al piso. Por nueva cuenta se quejó masajeando su espalda baja, su cuerpo a pesar de que no era tan débil como antes, no aguantaría lo suficiente.

Sollozo bajito lleno de temor, no sabía que vendría a continuación y estaba demasiado aterrado como para defenderse siquiera. Clamó en silencio por la presencia de los hermanos, los necesitaba como nunca.

-Eso es, sigue así que vas muy bien-rió burlón siendo acompañado por sus perros que hasta ahora no han hecho nada más que contemplar, solo por orden suya. Él sería el único en divertirse en esta ocasión.-Cada una de tus lágrimas son una exquisita recompensa para mí-relamió sus labios y seguidamente levantó el puño dispuesto ha chocarlo contra Steven.

Steven cerró los ojos esperando la inminente golpiza, pero no sucedió lo esperado. Escuchó como un cuerpo caía en el suelo y hacia un ruido sordo, quejándose adolorido. Pasos y mucho forcejeo.

Abrió los ojos un minuto después hallando a Tony encima de Schmidt dándole en la cara con todas sus fuerzas, Arno peleaba con los otros que trataban de proteger a su jefe. Repentinamente sintió como era alzado y acunado en unos fuertes brazos, el aroma que lo cubrió de pies a cabeza lo reconoció al instante, con un suspiro de alivio involuntario se relajo y se aferró con fuerza al saco de la persona. Gregory tenía un olor territorial, estaba encabronado. Escondió su rostro en el cuello del mayor para tranquilizarse después de tal susto, su corazón aún no dejaba de palpitar horriblemente.

El Alfa sin perder tiempo lo sacó de ese matadero de juegos mecánicos llevándolo al coche dejando la pelea atrás

Allí se permitió llorar abrazando a su pareja, tenía tanto miedo, habían tardado tanto que pensó que nunca lo encontrarían o que se habían atrevido a abandonarlo. El rubio repartía besos por toda su carita empapada dándole leves caricias en la espalda. Lo cubría con su olor para tranquilizarlo, era reconfortante y lleno de paz. Pinos y tierra mojada, como un bosque en plena lluvia. Amaba el olor que emanaba la tierra al estar húmeda.

Cuando estuvo completamente calmado llegaron los otros dos Alfas sucios, respirando erráticos y teniendo algo de sangre en sus ropas de telas caras, una lástima. Arno se acerco y le acarició la mejilla con adoración, sintiéndola un poco inflamada.

-¿Estás bien amor? ¿Ese bastardo no te hizo nada más?

Negó sintiéndose bien con la calidez que desprendía la mano del castaño. Tony beso sus labios y limpio una lágrima que no sabía estaba ahí. Seguramente era de alivio.

-Todo estará bien, nosotros te cuidaremos siempre. A partir de ahora nadie te hará daño-le regaló una sonrisa y suspiró contento. Estaba seguro de que... tenía a los mejores novios del mundo. Aún se sentía extraño siquiera pensarlo, pero es lo que es e iba a disfrutarlo.

Se acurrucó aún más en los brazos de Greg. Era tan calentito y acogedor, cómo un gran oso de felpa. Por otra parte Tony viendo por el retrovisor arrancó el auto, y Arno no dejo de acariciar su cabeza en todo el trayecto haciéndole dormitar.

°°°

En el lugar de los hechos, Johann estaba tirado en el suelo sin algunos dientes, con moretones y sucio de sangre, al igual que los demás. Tenían un claro mensaje grabado, uno que jamás olvidarán.

"Nunca se metan con el Omega de un Stark. Nunca osen a lastimarlo de nuevo o sufrirán las peores consecuencias."

•••

Tengo que decir que este y el anterior han sido los capítulos con más cambios. Por ejemplo en mi página de Facebook donde primeramente subí la historia, nunca aclare donde estuvieron los hermanos. En realidad... todos los caps han sufrido muchos cambios.
Edit: aquí sigo editando mejorando los desastres 🥲.

𝓣𝓻𝓮𝓼 𝓐𝓵𝓯𝓪𝓼 𝔂 𝓾𝓷 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora