•Esos Aromas°

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Saludaba a los individuos en el piso principal con una sonrisa deslumbrante y desbordando gran amabilidad como de costumbre. Los empleados amaban al único hijo de los Rogers, era muy cordial, atento y se preocupaba por ellos, sin exagerar era la adoración de todos.

Los Alfas de Rogers Cosmethic sin pareja siempre buscaban algo más con él, como era un Omega sin marca podrían tener una oportunidad, por ello muchas veces le llegaba presentes a su oficina. Bueno, estos no eran los únicos en buscarlo, también los betas e incluso los de su misma casta, sorprendentemente.

Esperanzas que se desvanecieron en el aire ese día.

El chico desprendía un olor embriagador pero por sobre todo territorial de un Alfa, o más bien, de dos Alfas con esencias similares. Algunos lo vieron raro, otros con recelo, sin embargo hizo caso omiso a esos comportamientos extraños que tenían, incluso los guardias lo miraban de ese modo. Así que siguió su camino prestándole poca atención después de todo.

Los betas no podían oler los aromas de los Alfas y Omegas pero, estos se dieron cuenta de lo acontecido gracias a sus chismosos compañeros.

Llegó a la oficina por el ascensor, entró sin percatarse de las presencias en esta.

—Buck hermano ya estoy... ¡Oh Dios mío que ven mis ojos!

Bucky respingo del susto dando un agudo grito. Apartó a su acompañante para ver a su hermano con las orejas y la cara completamente rojas.

—L–Lamento importunar, yo no, no sabía... Me–Mejor me retiro chicos—dio media vuelta dispuesto a irse pero James rápidamente se bajó de las piernas contrarias y lo detuvo agarrándole la muñeca. Lo miro suplicante.

—¡Hey punk! No te vayas por favor. ¡Maldición! Por estás cosas te digo que no Romanoff, pero nunca me haces caso—le recriminó el chico de cabello largo a la pelirroja. La mencionada solo se encogió de brazos desinteresada, no sentía ni una pizca de vergüenza.

Encontró sin querer a sus amigos en una situación algo... Comprometedora que no hace falta mencionar.

—Dios santo, siempre me hacen esto muchachos.

—Si bueno, lo siento por eso—el azabache se rascó la nuca avergonzado. Un silencio algo incómodo se presentó y el ojiazul para aliviar el ambiente pregunto.

—¿Cuando volviste Nat?

—Hace unas horas, vine para ver a mi James—beso la mejilla del Omega que sonrió enternecido.

—Espera, ¿Qué? ¿Y yo que, acaso estoy pintado o no existo para ti?—coloco los brazos en jarra formando un lindo puchero con sus labios, simulando estar enfadado.

Romanoff entorno los ojos divertida, "Steve drama Rogers" le quedaría perfecto.

—Y a ti también, ven y dame un abrazo tonto exagerado.

Steve rió y se acerco para darle eso que pidió. Ya juntos, Natasha al inhalar fuertemente noto ciertos olores en la ropa del Omega que no le pertenecían. Instintivamente arrugó la nariz.

—Steve.

—¿Si?

—Apestas.

—Ahora que lo dices... También lo noté—secundo James olfateando una vez más a su amigo, olía a... Café, chocolate y canela. Todo mezclado pero a la vez, podía separarlos fácilmente.

—¿De verdad?—Steve se olfateó a si mismo descubriendo que efectivamente, fue marcado por Arno y Tony. Eso hizo que las mejillas se le tiñeran de rojo y que un calorcito cómodo se alojara en su corazón.

—Que distraído eres Stevie, pero ya veo que en serio te aman—rió burlona.

—S–Si, eso parece—suspiró a la nada embobado.

°°°

Natasha veía como su pareja bromeaba con el rubio, tan animados y divertidos conversando de algo que sinceramente no le estaba prestando atención. Y esto porque una idea maliciosamente brillante cruzó por su cabeza al momento de recordar cierta cosa que ocurrió hace mucho, pero que jamás olvidaría. Tony y sus estúpidos hermanitos le debían algo, así que los haría pagar con una... Bromita.

—¿Chicos?

—¿Si Nat?—detuvieron las risas que antes los atacó para centrarse en la susodicha.

—Posen para una foto, quiero una más para mi galería.

Los dos asintieron accediendo rápidamente a la petición con una sonrisa en sus rostros. Se abrazaron como suelen hacerlo para estás ocasiones en especial, ella saco el celular y los fotografió.

—Perfecto—dijo sonriente.

—Cariño tenemos que irnos, hay cosas que hacer, pero nos vemos más tarde—dijo para separarse de su novia con un largo beso que le propinó después de levantarse y retroceder.

Al salir, por nueva cuenta se despidieron de la pelirroja dejándola sola en la estancia.

Natasha por su lado, copio y mando la foto a tres remitentes, y sonrió rebosando satisfacción.



¿Si se dan cuenta que... el título siempre tiene que ver con algo en concreto sobre el capítulo? Así me gusta~♪

𝓣𝓻𝓮𝓼 𝓐𝓵𝓯𝓪𝓼 𝔂 𝓾𝓷 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora