CAPÍTULO 8; EIDER (Parte 1 de 5)

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Buenos días, Planeta Tierra. Os saludo desde la base aérea de la NASA, donde ahora va a ocurrir algo extraordinario. Es un día importante para todos nosotros. Hoy, tras miles de pruebas y cuatro intentos fallidos con cohetes no tripulados, la NASA va a enviar, jugándose todo a una última moneda, una nave comandada por astronautas al Planeta Marte. Recuerden este día, porque hará historia.

El ser humano está a unas horas de partir en la conquista del planeta rojo y, lejos de los cuatrocientos cincuenta días que se tardaba en el siglo pasado en llegar, hoy lo lograremos en tan solo nueve horas. Nueve horas en las que los astronautas Yolanda Ponce y Eider Ross, capitaneados por el galardonado Dakarai Sampulu, tripularán la nave MARS-01 hacia el destino más ansiado por la humanidad desde hace tantísimos años. Reflejado en decenas de historias ficticias en el cine y la literatura, por fin podremos averiguar cuántas de ellas acertaron en sus predicciones.

Estamos a tan solo unos minutos de que la MARS-01 despegue y la perdamos de vista entre las estrellas. Pero antes, vamos a conocer un poco mejor a las personas que van a pilotar esta majestuosa nave. En primer lugar, tenemos a su capitán, el galardonado astronauta: Dakarai Sampulu. Un valiente hombre que emigró desde Johannesburgo hasta los Nuevos Estados Unidos de América para cumplir su sueño. Desde bien pequeño sabía que quería tocar las estrellas y ¡vaya si lo hizo! Ha completado la increíble cantidad de treinta y dos misiones, además de haber vivido y trabajado durante años en la estación espacial ARMSTRONG, con un equipo compuesto por astronautas de varias procedencias. Todos ellos elogiaron sus capacidades como capitán apoyando sus decisiones y aceptando sus consejos. El capitán Sampulu, de cuarenta y cinco años, es catalogado como el mejor astronauta que ha conocido este siglo, sin lugar a dudas.

Y, cómo no, para acompañarlo en esta desafiante labor, él mismo ha seleccionado a sus dos compañeros más fieles. Los astronautas: Yolanda Ponce y Eider Ross.

Yolanda es joven, talentosa y valiente. Proviene de una familia de científicos españoles, asentados en Minnesota; especializados en brotes víricos por parte de madre, y en cienciología Aeroespacial por parte de padre. Sabemos hacia qué rama se encaró Yolanda y cuál era su sueño: conquistar los cielos. Durante diez años trabajó como piloto de cazas militares en los NEUA, pero las nubes se le quedaban demasiado cerca y supo que tenía que subir más. Así lo hizo; se encaminó a lograr su sueño, cuando tenía veintinueve años y en menos dos, ya estaba trabajando codo con codo con el capitán Sampulu. Hoy en día, es la compañera con la que más veces ha trabajado y, parece ser, que no piensa que esa cuenta se detenga.

Siguiéndole muy de cerca, está el técnico de ingeniería y tecnología Aeroespacial: Eider Ross. Eider proviene de una familia humilde del norte de Europa, concretamente, de Finlandia. Nació en Turku, una pequeña ciudad cerca de la capital, Helsinki, hace ahora veintiséis años. Es el miembro más joven del trío ganador, pero no por ello es menos importante, pues la labor de Eider es controlar que toda la infraestructura de la nave MARS-01 y que toda su red funcionen como es debido. Sin Eider, sus compañeros podrían tener problemas durante el viaje, que no podrían solucionar en el tiempo necesario. Todos son capaces de hacer volar la MARS-01, pero cada integrante es imprescindible en un ámbito. Por eso, sin Eider, la nave no iría a ninguna parte; el capitán Sampulu, no lo consentiría. Pero, además de ser una pieza clave en toda esta misión, el técnico Eider, también es mundialmente conocido por haber sido modelo de algunas de las revistas más prestigiosas de moda del país, sus rasgos nórdicos y sus ojos grises le han valido más de una batalla de fans a sus espaldas. Y podríamos pensar que es todo un rompecorazones, pero estaríamos muy equivocados. Pues desde los quince años, sale con su compañera de la universidad, la también ampliamente conocida Doctora Andrea Bertinelli, especializada en filosofía por la Universidad de Missouri, Columbia. Y nombramos a esta brillante mujer porque nuestro querido Eider, según nos ha informado en exclusiva, tiene pensado casarse con ella conforme regrese de esta encomiable misión. Hace solo dos noches le pidió matrimonio en lo alto de la estatua de la libertad de NY y Andrea le dijo un clarísimo SÍ, sin dudarlo ni un segundo, entre lágrimas de emoción y un fuerte abrazo. Les deseamos la mayor de la felicidad y que su familia sea tan preciosa como lo son ellos, por dentro y por fuera.

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