Y el día esperado llegó. La cuenta atrás que activó OBSYDIAN para lanzar al mercado los viajes al futuro llegó a su fin. En casi todas las pantallas del globo y, sin duda, en todos los noticieros, aparecían los últimos segundos de la susodicha cuenta atrás, mientras miles de millones de personas contemplaban con exasperación como el contador marcaba un profundo, grueso, rojo y destellante: CERO. La espera había terminado; los viajes en el tiempo hacia el futuro iban a ser una realidad.
En las plazas de todas las ciudades del mundo, se aglomeraban sinnúmero de personas. Todas querían ser las primeras en ver el futuro que les deparaban sus vidas, pero todas ellas vieron su ímpetu aplacado, cuando en las noticias recordaron a todos los espectadores que los primeros en viajar serían todas aquellas personas que realizaron una reserva del servicio, o participaron económicamente en su elaboración, durante los días de testeo.
OBSYDIAN empezó ofertando viajes a cualquier punto del futuro, indiferentemente de los años que necesitaran recorrer. Pero, a escondidas de todos sus clientes, los eventos posibles a partir de cien años de distancia –se dejaron unos años de margen de error– eran todos diseñados por una inteligencia artificial programada para crear futuros afines a los deseos de la empresa. Nadie vería nada que perturbara la paz mundial; ya se preocuparían ellos mismos por seguir solucionando el problema que se les venía encima. Los experimentos hacia el pasado habían terminado para siempre –los más de setecientos experimentos que habían realizado, pocas novedades iban a aportarles–, pero habían empezado un nuevo proyecto a expensas del conocimiento de todo el planeta: comenzaron a grabar en secreto todos los porvenires que su sistema mostraba a sus clientes. Quizás averiguasen cómo encaminar el presente que estaban viviendo y la clave para cambiar su destino. Pero lejos de ello, lo que se encontraron en uno de esos futuros fue con la guerra venidera contra los remanentes. Pues, un cliente que visitó sus instalaciones había resultado ser un remanente inverso... Habíamos oído hablar de ellos, pero aparte de Beta, el remanente líder de la facción norte, nadie había visto nunca a ninguno; eran tremendamente extraños y, en caso de encontrar alguno, se les tomaba a la ligera, como falsos profetas o simples estafadores en busca de su minuto de gloria. Pero resultó ser que OBSYDIAN se topó con uno...
El día que Beta conoció a un remanente... Extraño, se quedó impresionado con la capacidad que tenía para discernir los eventos que acontecerían. El problema era que, al igual que los remanentes normales o los virtuales, solo tenía recuerdos de su propia existencia. Nada de pasados, sino de su vida futura y hasta donde llegaba. Ese singular remanente veía una y otra vez como iba a morir por una enfermedad cardiovascular en menos de dos años. Y así fue; murió. No llegó a ver nada más, ni sabía cómo terminaría el planeta en la guerra.
Beta buscó incesantemente más personas como él –en todas las facciones, le ayudamos a ello–, pero nunca encontró a nadie más. Al final, dimos por sentado que se trató de un caso aislado y no habría nadie más como Hank –así se llamaba dicho remanente. Craso error...
Pues, como decía, OBSYDIAN se topó con uno en sus instalaciones... Ellos no sabían de su existencia, nosotros tampoco, y quizás esa misma persona ni siquiera supiera lo que le ocurría. Llegamos a teorizar con que fue a visitar el futuro en las cabinas de OBSYDIAN para comprobar si lo que veía en su mente era real... Y vaya si lo era... Esta persona, quien se hacía llamar Beth, no tenía recuerdos de vidas pasadas, pero si de una futura y larga vida por delante, que compartía por completo la destrucción del mundo y la guerra entre los dos grandes titanes que reinábamos sobre la faz de la tierra: los remanentes y OBSYDIAN.
En cuanto los científicos revisaron las grabaciones y descubrieron lo que estaba viendo Beth, dieron parte al departamento de seguridad y numerosos cuerpos de élite partieron en busca de la pobre e indefensa mujer. Nosotros no supimos de ella hasta que conseguimos infiltrarnos en la base de datos de OBSYDIAN y les robamos todas las grabaciones que habían realizado, poco antes de empezar con nuestra guerra. Pues poco tardaron en atraparla, interrogarla y, sí, ejecutarla. Pensaron que, si podían destruir su futuro, quizás cambiaría el de toda la historia, pero no fue así. Todo parecía indicar que la batalla tenía que ocurrir, no había manera de evitarla. Sólo quedaría por averiguar quién ganaría.
Con la información que habían obtenido de las numerosas torturas producidas a Beth, los científicos consiguieron programar un patrón de búsqueda de remanentes inversos por toda la extensión terrestre. Por suerte para nosotros, relacionaron los remanentes que vieron en uno de sus pasados virtuales con este nuevo tipo de remanente inverso y no se centraron en que, en el presente existíamos miles de enemigos para ellos, ni que cada día éramos más y más poderosos.
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SOY REM
Ciencia FicciónCon Soy Rem, te traigo una historia absorbente y emocionante, para que descubras un nuevo mundo y una nueva forma de ver la vida. Porque... ¿alguna vez has recordado algo, que no parecía que fuera de tu vida? ¿Crees en mundos paralelos o realidades...