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Jeanne me tenía completamente apegada entre la puerta y su cuerpo. Sus labios sobre los míos y sus besos hambrientos me causaba estrágos en mi cuerpo y mi vientre, estaba perdida en su boca y en su lengua que danzaba sobre la mía. Jeanne avanzaba con sus manos por toda mi espalda y cintura, tomándose el tiempo de acariciar con sus dedos distintas zonas de mi cuerpo.

Perdía fácilmente el aliento con una mujer como Jeanne Nizzari y sus besos intrépidos, al mismo tiempo también podía perder la noción del tiempo y cuando ya nuestos besos comenzaban a subir de nivel los diverosos golpes en la puerta hicieron que nos separamos casi al instante. Mi respiración estaba agitada y la de Jeanne también, sus ojos oscuros estaban puestos en mí mientras recuperaba el aliento.

-¿Quién está allí? Llevamos varios minutos esperando-desde el otro lado de la puerta una voz fina noz hizo caer en la realidad, estábamos en los baños de la gala bénefica, que tenía al rededor de cien invitados... era predecible que en cualquier momento alguien nos interrumpiese para hacer sus necesidades.

-Debemos separarnos-dije luego de volver a tomar el aliento. Jeanne asintió y ambas nos arreglamos nuestras vestimentas, mi vestido se había movido al menos cinco centímetros y mi lápiz labial ya no existía en mi boca. Por su parte Jeanne tenia corrida su blusa y parte de mi labial se hayaba en sus labios.

-¿Qué?-preguntó Jeanne luego de ver mi sonrisa burlona.

-Déjame limpiarte esto-dije acercándome y quitando el color de mi lápiz labial del extremo de sus labios. Jeanne se dejó mientras me observaba con sus ojos perdidos en mí. Notaba que quería decirme algo, pero no estábamos en el lugar ni el momento como para cuestionarlo y preguntarle-Creo que deberíamos salir antes de que nos asesine el resto de mujeres de la gala-Jeanne rió y luego asintió con su cabeza.

Con una última mirada ambas abrimos la puerta y al menos una fila de mujeres nos observó con mirada fulminante. Caminamos juntas hasta llegar nuevamente al salón principal, Jeanne me observó por última vez hasta que dió media vuelta y caminó hacia Delphine, quien se encontraba a algunos metros de distancia. La vi alejarse mientras una parte de mi se debatía en ir tras ella y tomarle su mano para marcharnos, quizás si lo hubiese a hecho en ese momento hubiese evitado todo lo que sucedió después.

Caminé de vuelta hacia el tercer candelabro, desde lejos divisé a Román quien conversaba con un par de personas más.

-Vaya, has aparecido-dijo al verme llegar y me tendió una copa.

-Lo siento, había fila en la baño-me excusé mostrándome indiferente y Román asintió.

-Emma, te presento a Clarie, una de mis compañeras de trabajo-recién caía en la cuenta sobre las personas que acompañaban a Román, Clarie parecía tener una edad similar a la de Román, tenía el cabello negro y teñido azul en las puntas, en lo demás parecía cualquier otra chica de la gala. A su lado un hombre con tatuajes en sus manos y rostro asintió con su cabeza cuando Román me presentó, se llamaba Abel y no dijo ninguna palabra en todo el tiempo que charlamos. Algo en él me daba una sensación de temor, si bien no lo juzgaba en lo absoluto por su apariencia si parecía un "mafioso", ¿Acaso Jeanne de verdad tenía razón sobre los negocios ilícitos de Beatriz? Comencé a mirar los demás invitados y al menos noté una veintena de personas de aspecto similar a Abel, ¿En qué estábamos metidas?

-Emma, luego de que termine la gala iremos a una fiesta más privada... será en una discoteca bastante famosa de la cuidad, también asistirá mi querida hermana...-Román me estaba invitando directamente a una fiesta junto a Beatriz y recibí una puntada en mi estómago.

-Lo voy a meditar-dije con una sonrisa falsa y Román aceptó sin insistir, estuvimos conversando con Claire y el silencioso Abel hasta que una nueva donación llegó y todos aplaudimos, era la décimo quinta de la noche y francamente ya me estaba cansando de tener que aplaudir por dinero. A lo lejos durante un tiempo pude divisar a Jeanne, continuaba junto a Delphine y tenía también una copa en su mano. Me distraje observándolas mientras mas donaciones llegaban, Jeanne parecía mantener su distancia pero Delphine siempre que la veía hablar apoyaba sus manos sobre los brazos de Jeanne y francamente también me estaba cansando de aquello, deseaba que todo esto terminase luego, pero para ello debía conseguir la información que debía buscar... no parecía factible llegar a Beatriz y preguntarle el asesino de Alisa Nizzari con toda esta gente al rededor, tampoco creía que podía hacerlo pronto, la única opción que le quedaba era ir a esa maldita fiesta e increparla allí en algún momento, pero continuaba teniendo mis dudas si llegar hasta allí.

Divina VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora