EN EL CAPÍTULO ANTERIOR...
Una voz en específico hizo que la penumbra que me impedía ver comenzase a dispersarse definitivamente, una voz que no esperaba escuchar en al menos un buen tiempo más.
-Emma, un gusto verte viva-la voz de Beatriz era inconfundible, estaba allí, podía sentir la presencia de alguien más. ¿Por qué Beatriz estaba aquí?
-
La desesperación comenzó a ganarme, Beatriz estaba allí y en definitiva yo no tenía ninguna herramienta para defenderme. Mi cuerpo no existía y mi corazón comenzó a palpitar fuertemente, la máquina de mi lado me delató y Beatriz soltó una sonrisa.
-Puedo escuchar tu corazón Emma-dijo prácticamente al lado de mi oído.
Mis ojos era incapaces de superar la manta negra que cubría mi visión, pero mi cerebro era capaz de detectar a través de mi audición la serie de pasos rápidos que comenzaron a sentirse mas fuerte por el pasillo.
-¿Qué hace usted aquí?-cuestionó un hombre de voz grave.
-Pasaba a entregarle este ramo de flores y algunos globos a mi querida Emma, escuché de su accidente y no dudé en venir para saber de su salud, somos amigas íntimas-dijo con una voz lo suficientemente convincente para que el hombre se quedase en silencio.
Luego de algunos segundos otros pasos entraron a la habitación y era una enfermera, lo supe porque fue quien preocupada por mis latidos rápidos se cercioró de que todo estuviese en orden, pude sentir su mano recorriendo un cable que parecía conectar mi nariz con otra máquina, cuando pasó por mi brazo tocando la efectiva posición de otro cable que me conectaba a otra máquina, una de mis manos al entrar en contacto con la enfermera la agarró con todas mis fuerzas, fui capaz de hacer uno de mis primeros movimientos.
El silencio se prolongó en la habitación y temí de que mi mensaje no hubiese sido entendido.
-Creo que debemos dejar a la paciente descansar-la voz de la mujer era aguda, pero sabía que al menos había comprendido la desesperación de mi apretón.
-Claro, querida Emma, espero desde mi corazón que puedas sanar, volveré a verte otra vez...
Diciendo aquello último escuché los pasos finos de Beatriz salir de la habitación junto con los del hombre. La enfermera debe haberse quedado en la habitación pero comencé a sentirme agotada y de apoco fui perdiendo la conciencia hasta que me quedé profundamente dormida.
*
Luego de un sueño mas eterno que el anterior, comencé a recuperar la conciencia, mis oídos se habían agudizado y mi olfato comenzaba a reincorporarse. Con cansancio decidí nuevamente intentar abrir mis ojos y noté como mi párpado izquierdo intentaba abrirse. Aquello no me era posible antes y ahora fácilmente podía sentir como comenzaba a ceder la negrura que me envolvía. Luego de lo que pareció una eternidad uno de mis párpados se levantó y pude ver por primera vez donde me encontraba.
La oscuridad de la noche se apreciaba afuera y luego de ver el reloj sobre mi cabeza logré convencerme que eran apenas las 3 de la mañana.
Con lentitud comencé a moverme por mi "cama" y noté los distintos tubos conectados a mí, una imagen que en definitiva creía posible pero no esperaba de ver.
-Necesito un vaso de agua-dije para mí y mi voz se escuchó densa y tosca.
Apreté el botón de ayuda junto a mi cama y nadie apareció, la mayoría de enfermeras debía estar durmiendo y no me era extraño aquello, pero de verdad necesitaba un vaso de agua luego de no injerir nada por mi boca luego de lo que sentí un largo tiempo. Como había descansado en todo este tiempo me fue imposible conciliar el sueño por la noche y cuando ya comenzaba a asomarse las primeras luces del amanecer una enferma finalmente entró a mi habitación.
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Divina Vida
RomansaEmma ya no tiene más razones para vivir, el destino le juega una mala pasada y termina trabajando para una de las mujeres más importantes del país: Jeanne Nizzari, conocida por ser fría y calculadora, sin sentimientos, llegará por casualidad a la v...