Me alejo unos milímetros de Jeanne para respirar, aún sigo sorprendida por nuestros besos y cuando quiero abrir mi boca y responder a Jeanne esta me observa en silencio, se tambalea hacia un lado y noto como sus ojos se desvían, en menos de un segundo cae hacia un lado como roble y logro sostener su cabeza antes de que impacte contra el suelo.
-Mierda...-intento por todos los medios despertarla nuevamente pero sigue inconsciente, me debato por un minuto si llamar a una ambulancia o no hasta que noto como Jeanne se mueve despacio hacia un lado y puedo respirar de nuevo, cómo puedo la ayudo a subir a su cama, aún no abre sus ojos pero me ayuda agarrándose de mí, cuando la dejo acostada me mira por un par de segundos hasta que susurra un "gracias" y vuelve a cerrar sus ojos, en menos de cinco segundos Jeanne Nizzari se queda dormida y yo puedo dejar de disimular para recordar que hace menos de cinco minutos los labios de mi jefa estaban sobre los míos.
Dejo la habitación en penumbra para debatir si volver a casa o no, muy dentro de mí sé que ya no hay otra solución que dormir en algún hogar para gente sin recursos, me permito darme el lujo de lanzarme a la cama de la habitación de invitados de Jeanne, me digo que solo dormiré una hora y luego me iré a pasar la última noche en el motel que pude pagar, pero luego de el agitado día que tuve y la última parte de la noche se me comienzan a cerras los párpados, mí último pensamiento antes de morir en los brazos de orfeo son los labios de Jeanne sobre los míos, luego todo se vuelve negro.
Me despierto con un ruido molesto proviniendo de la habitación continua, me demoro en darme cuenta que sigo en la habitación de invitados de mi jefa, se me vienen todos los recuerdos de la noche anterior a mi cabeza y mi cuerpo se tensa, Jeanne y yo nos besamos, en su habitación. Se me hace difícil creer que no fue solo una ilusión mía, sus besos se sentían bastante reales... Suenan dos golpes en la puerta y mi estómago se encoge ¿Será ella? Me levanto como puedo y abro la puerta, tras de ella se encuentra Marie que me mira con una sonrisa.
-Hola pequeña-digo sonriendo-¿Cómo estás?
-Muy bien-me da un abrazo- tía Jeanne dice que bajes a comer, es hora del desayuno...
-oh...
Dejo que Marie baje primero, me levanto aún con el vestido de la noche anterior puesto. ¿Cómo miraré ahora a Jeanne? ¿A mi jefa?
Dejo que mis pies me guíen hasta las escaleras y automáticamente bajo hasta el salón principal, mis manos tiemblan y mis pasos son inseguros ¿Dónde estás Jeanne? Camino hacia la siguiente habitación y veo lo primero que logró captar son los risos de Marie, que se balancean mientras come, doy algunos pasos más y allí está ella, sentada en una de las esquinas con los codos sobre la mesa y mirando hacia la nada, con el ceño fruncido.
-Buenos días-digo con un hilo de voz y Jeanne levanta su mirada. Siento como está me atraviesa, como sus ojos dan con los míos y sé que mi jefa no se ha olvidado tan fácilmente de la noche de ayer. Intento que el leve temblor que avanza desde mis piernas hasta mi pecho no sea notorio, no quiero mostrarme vulnerable ante Jeanne, sostengo su mirada, parece confundida y un tanto perdida.
-Buenos días-dice a modo de respuesta, pero luego no dice nada más y un nudo se forma en mi estómago-toma asiento porfavor, puedes desayunar lo que te plazca Emma.
Asiento con mi cabeza y tomo lugar junto a Marie quién comienza a contarme su mañana, intento prestarle atención pero todo mi cuerpo está tenso, tenso por Jeanne Nizzari quien sigue con mirada ausente y pensante ¿Se acuerda de nuestros besos? ¿Se ha olvidado? No sé cuál de esas dos opciones me asusta más. Pido a la cocinera un par de frutas como desayuno y durante los siguientes veinte minutos Jeanne sigue igual de callada, hablo con Marie disimulando mis ganas de que la tierra me trague, como rápidamente pero antes de que pueda terminar Jeanne se levanta disculpándose, diciendo que tiene trabajo que hacer y no me observa en ningún momento, mi cuerpo sigue igual de tenso.
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Divina Vida
RomanceEmma ya no tiene más razones para vivir, el destino le juega una mala pasada y termina trabajando para una de las mujeres más importantes del país: Jeanne Nizzari, conocida por ser fría y calculadora, sin sentimientos, llegará por casualidad a la v...