Divina Vida

37

En el capítulo anterior

Jeanne me observó y luego parpadeo, luego lágrimas comenzaron a bajar de por sus mejillas, era la primera vez que la veía llorar y de inmediato quise protegerla, la abracé pasando mis manos por su cuello y ella por mi espalda. En ese instante Jeanne soltó un mini grito y su llanto comenzó a acrecentarse, lloraba a mares sobre mi hombro mientras yo le acariciaba su espalda y le prometía que todo saldría bien.

-Debemos hacer esto como corresponde Jeanne, tu investigador tiene contactos con la policía y debe ayudarnos con esto, le diremos a la policía todo lo que sabemos y sobre este lugar, trabajaremos con ellos si es necesario pero no nos quedaremos de brazos cruzados... Beatriz está relacionada con la muerte de Alisa pero no sabemos nada, es hora ya de unir puntos.

Jeanne asintió y comenzó a bajar su llanto, mientras un brillo extraño divisé por el retrovisor, era la figura de una persona alejándose, alguien había presenciado nuestra visita... y no sabíamos quién.
Volvemos a casa luego de ver a Beatriz con nuestros propios ojos salir de aquella casona en el despoblado. Sé que Jeanne tiene miles de pensamientos, en el viaje no soltaba el volante y sus nudillos estaban rojos de lo fuerte que apretaban sus manos.

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Jeanne caminó hacia las escaleras sin cuidado, su mirada estaba perdida y la seguí con la mía hasta que desapareció de mi vista.

Suspiré en cuanto estuve sola. Me fui a cambiar de vestimenta y opté por un pijama de gatitos grises, aún que intentaba concentrarme en lo que estaba haciendo, por mi cabeza pasaban un montón de pensamientos al mismo tiempo... Beatriz estaba detrás de todo esto y la habíamos dejado jugar con nosotras ante nuestras narices.

Caminé hacia las afueras de la casona y me senté en el césped de la entrada. Había agarrado una vieja cajetilla de cigarros que hace mucho tiempo no fumaba, prendí uno sin darme cuenta.

¿Por qué Beatriz deseaba hacernos tanto daño? Ella nos quería muertas, sin duda. Pero, ¿Por qué? ¿Quería ser la empresa líder en el mercado? ¿Odiaba a Jeanne? Algo dentro de mí sabía que aquellas banalidades no impulsaba a una mujer a hacer tanto daño.

Fumé otra calada. Beatriz había matado a Alisa Nizzari, eso estaba claro. Y la que seguía era Jeanne, no tenía dudas de aquello. Miré el cielo y al menos una docena de estrellas aparecieron ante mi vista, me sentía agotada, física y mentalmente pero de alguna forma observar la noche con su silencio me calmaba. Jeanne tenía aún mas que procesar, sabíamos que Beatriz no trabaja sola, había mas gente que le apoyaba y matones que de seguro ya estarían buscándonos. Todo comenzaba a complicarse aún mas y lamentaba no poder apoyar a Jeanne como me hubiese gustado.

-Hey-sentí su mano en mi espalda, la calidez de Jeanne siempre me dejaba anonada, se sentó a mi lado y observó las estrellas conmigo. Tomé su mano y entrelazamos nuestros dedos, por fin "algo" de normalidad podía sentir.

-Emma, he hablado con mis investigadores, les dije lo que vimos y se contactaran con la policía.

Asentí y la observé a sus ojos, ella también estaba mirándome.

-Emma, quiero agradecerte por estar a mi lado en estos momentos tan difíciles-comenzó diciendo, la observé a sus ojos y estaban brillantes, estaba emocionada- eres una luz que llegó a mi vida sin esperarlo, creo que sin ti todo sería distinto, yo estaría en un hoyo sin salida, no lo dudo- dijo haciendo una mueca- eres una de las mujeres más maravillosas que he conocido y me siento profundamente afortunada que seas mi compañera, gracias por toda la paciencia que has tenido conmigo-dijo besando mi mano, ante sus palabras solo pude observarla con mis labios esbozando una sonrisa. Lancé mis brazos hacia su cuello y ella me agarró mi cintura.