Capítulo IV: [El significado del amor] (2)

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Parte 2


—¡¿P-P-Por qué el rey está aquí?! —exclama Makta, no pudiendo controlar su nerviosismo.

La Drogural mira a sus compañeros de viaje, buscando una respuesta; sin embargo, tanto Ubi como Rugen se muestran igual de sorprendidos que ella. Viendo esto, la única posibilidad que queda es Zeila.

La pequeña de cabello azul sonríe maliciosamente, feliz del resultado actual.

«¡Tú planeaste esto!», exclama mentalmente la princesa.

—Pensé que sería una buena sorpresa para ti —explica la diminuta candidata al trono—. Además, a Ubi le gustan estas cosas.

Incluso si no lo comprende del todo, la jovencita de piel morena ha captado la esencia de los gustos de su amiga y ha actuado acorde. Su compañera, nieta del general Untar, abraza brevemente a la Shezenvalery de cabello azul y luego busca desesperadamente algo entre las cosas de su bolso.

—¡Aquí están! —exclama, retirando un trozo de papel y una pluma para escribir—. Debo registrar esto para el futuro.

—¡¿Registrar qué?!

La exaltada Drogural trata de retirar las herramientas de la pequeña pelirroja, pero no logra cumplir su cometido a tiempo, pues el rey Arnus comienza a acercarse a la carreta.

—Muchas gracias por escoltar a los transportistas. ¿Tuvieron problemas en el camino? —cuestiona el monarca, saludando con la mano a los presentes en el vehículo. Enarca una ceja tras notar la presencia de la chica dragón.

—¡No hubo problemas! ¡Ninguno! —exclama Zeila levantando la mano, mostrando un rostro orgulloso—. Ah, pero nos encontramos con un Shtaden en medio de una de las rutas.

—¿Un Shtaden? Eso es raro de ver por estos lugares; enviaré a alguien a investigar más tarde. Síganme, deben estar cansados por el viaje.

Guiando al grupo, el monarca camina por entre las tiendas de los refugiados. La princesa del reino de Spika nota que todas estas personas pertenecen a especies diferentes, no habiendo ninguna relación entre ellos que pueda ser divisada a simple vista.

La disparidad entre los presentes tiene sentido, pues son refugiados. La pregunta real es su origen y de qué es lo que huyen como para necesitar la asistencia de Urak. Por otro lado, también debe resolver el misterio por el cual el rey mismo está ayudando a esta gente personalmente. En ninguna de sus más alocadas fantasías se imaginó la presencia de este Shezenvalery en el lugar.

—Aquí es.

Enseñando una tienda hecha con tela gruesa, de un color blanquecino, el monarca presenta el lugar donde se alojarán. Comparada con el resto de tiendas, esta parece ser la más grande entre todas.

Dentro hay dos habitaciones y una sala central. Las habitaciones contienen sacos de dormir para descansar. La sala central posee un gran mesón rectangular y unas cuantas sillas; todos muebles hechos de madera.

Allí, sentado y bebiendo una taza de té, se encuentra un joven de piel verdosa y amplia musculatura. Su cabello corto tiene ciertos adornos de cáscaras de frutos secos, lo que le da un aire tribal. Su rostro se ve feroz, pero sus ojos transmiten calma y gentileza.

—¡Un hombre verde! —exclama repentinamente Zeila, apuntando con el dedo al desconocido dentro de la tienda.

—Es grosero apuntar a personas con el dedo —regaña el rey, bajando la mano de la pequeña.

—¡Pero es verde! ¡Mira! —La candidata al trono parece estar demasiado emocionada como para hacer caso a las palabras de Arnus y vuelve a señalar al joven musculoso.

Exhekar Tales V: De Dragones & RebelionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora