Capítulo V: [Invasores e «invasores»] (1)

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Parte 1


Las costas de Fustúa son uno de los límites en el norte del continente Erijofen. En ellas se encuentran importantes puertos que permiten los viajes a otros continentes en el mundo de Exhekar. Sin embargo, también son una zona considerada «peligrosa», pues cada cierta cantidad de años aparece un enemigo de todas las especies inteligentes. Un ser que solo desea consumir al resto de especies, sin importarles la diplomacia.

Hace ya diez años que ocurrió la última invasión de estos indeseables, quienes provienen de un grupo de islas inhabitables entre los continentes Erijofen y Adatakrán. Ha pasado un tiempo relativamente corto, pero la última vez que fueron repelidos no dejó la impresión de una victoria total; una nueva invasión está llevándose a cabo.

—¡Los Drena están llegando a la costa! ¡Rápido, preparen a los arqueros!

Un grupo de Feral contiene al ejército de monstruos inteligentes. Ya están acostumbrados a estos ataques y es parte de lo que tienen que lidiar a cambio de recibir la gentileza de la naturaleza. Fustúa es un reino de abundancia, muy contrario a Spika, a pesar de ser reinos vecinos. Muchos de los habitantes de esta nación —también llamada El Gran Bosque— creen que el motivo de esta generosidad natural es parte del pago por el sufrimiento que deben soportar cada cierta cantidad de décadas. Sea esto cierto o no, esta historia les ha dado fuerza y orgullo a los Feral viviendo en este reino, permitiéndoles defender sus tierras con una alta moral.


* * *


Días después de la invasión, un grupo de carretas recorre los caminos de la frontera entre Urak y Fustúa. Un total de cincuenta vehículos, llevando consigo un ejército de quinientos soldados. Un cuarto de estos son magos mientras que el resto se especializa en ataques físicos. La gran mayoría está compuesta de Shezenvalery, pero también hay unos pocos Feral y Kaevalery que ya residían en el reino de los demonios.

Entre estas personas se encuentra Makta, sentada junto a tres candidatos al trono: Notrisha, Zeila y Draver. Este último, junto al Shezenvalery rubio, Trad, son los únicos candidatos que la semidragón no ha podido conocer mejor durante su estadía en el reino.

«Ya conozco a su hermano, Rugen. Debería hablar un poco con él, ¿no?»

A pesar de sus pensamientos, ya han viajado la mitad del camino y todavía no se ha atrevido a dirigirle la palabra.

No puede evitar sentirse incómoda, en especial porque quien dirige a estas tropas es Kalga, el candidato al trono que menos quiere tener como supervisor. Por suerte, el grupo de soldados no pertenece a su facción radical y, por otro lado, en esta situación particular están prohibidas las rencillas entre reinos enemigos.

—Makta, ¿has luchado con los Drena en el pasado? —pregunta la joven de cabello azul, Zeila.

—Directamente no. Mi padre nos envió a mí y a uno de mis hermanos mayores para observar la batalla, pero no tuve la oportunidad de participar; era muy pequeña en ese entonces. Es más, ustedes también son muy pequeños como para participar en esto. ¿Qué tipo de cultura envía niños a la guerra?

—Pero sabes cómo son, ¿verdad?

—No dirás nada sobre lo último que dije, ¿verdad?

La Drogural cierra los ojos, suspirando. El resto de sus acompañantes en la carreta no da su opinión sobre el tema. A veces las diferencias culturales pueden llegar a generar grandes conflictos en la mente de esta chica, en especial los pensamientos que provienen de especies diferentes.

Exhekar Tales V: De Dragones & RebelionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora