Capítulo VIII: [De dragones y rebeliones] (1)

57 8 68
                                    

Parte 1


«Una guerra de cuatro frentes.»

No hay otra forma de llamarla. Existen cuatro grupos de enemigos que actualmente están atacando a Urak: el Imperio Kaevalery, el reino de Shawn, un grupo de dragones y la facción agresiva Shezenvalery.

Arnus considera que es prácticamente un milagro que el reino de Spika y la Federación Maquinista no se hayan incluido en la lista de atacantes.

«No. No es un milagro, es gracias a Makta que su nación se ha mantenido neutral.»

Por otro lado, la federación ha estado inusualmente tranquila desde su última intervención durante la batalla contra los Drena. El Shezenvalery no sabe qué es lo que planean, pero espera que no sea algo que esté involucrado con él o su reino. Está tan ocupado que solo puede cruzar los dedos, esperando que no lleguen más problemas.

—Rey Arnus, ¡Kalga ha escapado! —exclama Notrisha una vez el rey llega a la capital.

—Lo sé.

—Rey Arnus, ¡hay dragones atacando la costa! —grita Zeila, preocupada por el pueblo en donde nació.

—También lo sé.

—Rey Arnus, el imperio... —comienza a decir Trad, pero es detenido por el monarca.

Todas las noticias, malas y buenas, han llegado a manos del Shezenvalery. Ahora solo queda actuar en respuesta para poder superar todos estos obstáculos.

Los pequeños posibles sucesores al trono están presentes dentro del castillo, resguardados por los soldados en la capital. Han estado esperando impacientemente por la llegada del rey e informar todo lo que saben, pero tal parece que él ya está al tanto de la situación. Algunos de ellos bajan la mirada, sintiéndose inútiles en estos momentos. Incluso si su fuerza y habilidad son superiores a las de un Shezenvalery normal, siguen siendo niños; es natural que ante este tipo de eventos no estén seguros de cómo actuar. No hay entrenamiento ni experiencia suficiente como para preparar a un niño a enfrentar una situación inesperada. Incluso si han cumplido con sus deberes y han sido capaces de comandar tropas en diferentes lugares, los chiquillos no han hecho más que acatar las órdenes de su rey. Al momento de tener que actuar por su cuenta, se sienten claramente inseguros.

Arnus susurra algo a la mayor de los candidatos al trono de Urak, Notrisha, y se retira hacia un pasadizo que solo él conoce.

—El rey estará ocupado en estos momentos —declara la candidata pelinegra—. Tenemos que completar nuestras propias tareas. Trad y Draver, esperen al general Untar y cumplan con sus órdenes. Zeila, Ubi y Rugen, esperen por la llegada de Makta y llévenla a la oficina del rey. Yo y Bermel iremos a la frontera con el imperio.

—¿Estarán bien? —pregunta Zeila, preocupada.

Notrisha acaricia su cabello azul y sonríe.

—Por supuesto. ¿Quién crees que soy?

—¿La más débil entre nosotros? —La pequeña recibe un golpe con el dedo de la candidata mayor—. ¡Ay!

—No seré la mejor combatiente, pero sí soy la mejor general. Bermel compensará mi falta de habilidad. ¿Sabes lo bueno que es con la magia?

—Solo el rey lo supera, ¿no?

Notrisha asiente y vuelve a acariciar a la pequeña.

Cumpliendo las órdenes de la chica, los candidatos al trono de Urak se dirigen a sus respectivos puestos de trabajo. Se sospecha que el general Untar llegará durante la noche de este día y Makta puede que llegue a la ciudad un poco antes, pues ya se ha avistado su presencia en la frontera hace unos días.

Exhekar Tales V: De Dragones & RebelionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora