Parte 1
Días después de la muerte de Narea, el reino de Urak recibe una nueva mala noticia. Como si no fuese poco el bajo estado de ánimo del rey en estos momentos, se han presenciado actos hostiles por parte del Imperio Kaevalery.
Ahora que la amenaza de los Drena ha terminado y que los espías de la federación no se ven por ninguna parte, la nación más grande dentro del continente de Erijofen ha decidido retomar lo que había pospuesto por unos cuantos años ya.
La sombra de una nueva guerra se está acercando y los habitantes de todos los reinos pueden verla claramente. Los Shezenvalery se sienten particularmente conmocionados. Esperando que sus días de paz durasen por más tiempo, poco a poco van sintiendo la necesidad de entrenarse y armarse.
A pesar de las malas nuevas, existe la esperanza de sufrir menos pérdidas esta vez, pues el reino de Shawn continúa negándose a una nueva guerra y el reino de Spika está esperando a ver el balance de la guerra. La presencia de Makta dentro de Urak ha jugado un rol pacificador que muchos se esperaban, pero que no querían pensar. Los Shezenvalery son orgullosos guerreros y muchos de ellos no quieren ver a una extranjera dentro del castillo real. Los rumores de que ella es la real responsable de la muerte de la consejera del rey no ayudan a su reputación.
—A veces quisiera que el imperio fuese destruido por un cataclismo —murmura Arnus dentro de su oficina, siendo escuchado por unos pocos sirvientes que se pasaban por ahí, generando nuevos rumores.
«El rey no está en contra de la guerra.»
Esa es la propaganda que están usando los guerreros más radicales dentro del reino. Muchos de ellos buscan volver a luchar contra el imperio para vengar a sus familiares y amigos esclavizados. Esta facción no se detiene a pensar en las consecuencias que tales actos puedan traer, sin notar que la venganza solo trae más venganza.
En primer lugar, el maltrato excesivo hacia los Shezenvalery por parte del imperio y el reino de Spika se debe a la costumbre de los mal llamados «demonios» de no tomar prisioneros. Iniciando la guerra por la búsqueda de nuevas tierras, el odio y la violencia escalaron rápidamente después de ver cómo todos los soldados en la batalla eran asesinados, sin importar su estatus ni su edad.
A pesar de esto, Arnus todavía desconoce el motivo por el cual el imperio es tan obstinado en cuanto a obtener las tierras de Urak. La adquisición de minas y tierras de cultivo no le parecen una razón suficiente para todo esto. Narea estuvo ayudando a investigar este misterio, pero no llegó a obtener resultados satisfactorios.
Sin poder hacer nada más que dejarse llevar por este flujo de guerra, el rey de Urak decide trabajar para defender a su pueblo. Incluso si no le agrada la idea de un nuevo conflicto, debe hacerse cargo de quienes toman la iniciativa de atacarlos.
Y así, una nueva guerra comienza.
* * *
—El reino de Shawn ha declarado que no tomará parte en la guerra. Sin embargo, está permitiendo el paso de las tropas del imperio a través de sus tierras —informa un soldado, encargándose de los puestos de mensajería.
Arnus suspira. Todo sería mucho más simple si Spika y Shawn bloqueasen sus fronteras. El territorio del imperio conecta con el reino de Urak en una pequeña porción, por lo que, durante la guerra anterior, sus aliados abrieron sus fronteras para dejarlos pasar y unirse con sus propias tropas. Actualmente Shawn no luchará, pero aun así permite la entrada al imperio.
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Exhekar Tales V: De Dragones & Rebeliones
FantasiLa guerra en el continente de Erijofen se ha estancado. Ninguno de los bandos tenía la fuerza suficiente como para continuar la batalla y había interesados peligrosos observándoles a la distancia. Momentos de paz habían comenzado, aunque muy tensos...