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Monterrey, Nuevo León, México.

-¿Y esa blusa rockera que?- dice mi estupido mejor amigo mientras se sienta a lado de mi en la cafetería donde me citó, yo ruedo los ojos sonriendo divertida- Muy buen look rubia

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-¿Y esa blusa rockera que?- dice mi estupido mejor amigo mientras se sienta a lado de mi en la cafetería donde me citó, yo ruedo los ojos sonriendo divertida- Muy buen look rubia.

-No tenía algo mejor limpio, todo lo mande a lavar porque no quiero dejar nada cuando nos vayamos además, no me queda tan mal- Gastón solo ríe- Te noto de mejor humor buddy- le digo mientras le despeino el jopo.

-Y si rubia, no me queda otra opción, más que ir a ese estúpido internado-yo desvío la mirada-Sabes que no lo digo por acompañarte a ti, sino por lo que mi padre me obliga a estudiar-dice mientras pone las manos en su cara como señal de frustración.

-Vamos, no es tan mala idea, al menos estaremos juntos- digo mientras sonrío tierna- Es una de las cosas que podremos tachar de la lista antes de morir- sonríe burlón.

-Si Ámbar, porque en lo primero que pienso es en hacer una lista y tachar cosas, es tan divertido-ruedo los ojos.

-Eres un tonto- le digo mientras él me abraza- Pero ahora tengo que seguir convenciendo a mamá para que deje de preocuparse, ya estoy grande y puedo con esto...tengo que poder- digo con la mirada baja.

Y es que ha decir verdad mi madre es muy sobre protectora, no me deja hacer nada sin que ella sepa, pero eso no quiere decir que yo sea una blanca Paloma, al vivir de esta manera me ha obligado a ingeniármelas y vivir las cosas que los chicos de mi edad hacen con normalidad.

Barcelona, Cataluña, España.

-Ya te dije Simón, tengo que estar a las ocho en punto en el entrenamiento, si no llego no me van a dejar jugar en el partido de mañana, y planeo debutar mañana mismo- digo enojado mientras cuelgo el teléfono y dejo con la palabra a mi estúpido he...

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-Ya te dije Simón, tengo que estar a las ocho en punto en el entrenamiento, si no llego no me van a dejar jugar en el partido de mañana, y planeo debutar mañana mismo- digo enojado mientras cuelgo el teléfono y dejo con la palabra a mi estúpido hermano.

-¿Otra vez te dejó tirado?- dice Ramiro mi compañero de equipo- No deberías sorprenderte Matteo, para él es más importante sus clases de gastronomía que tú vida futbolística- yo solo ruedo los ojos.

Un último juego de amor || EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora