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[Venus]

- Bien- me siento sobre la cama y le doy un trago a la botella- nunca escapaba solo evitaba un momento incómodo.

- Eso es escapar- me señala con la botella.

- Por dios Brais sabes que evitaba cualquier de esas situaciones, evitaba sentir cualquier cosa, además siempre te dejaba las cosas claras- me levanto y me siento en el piso con mi espalda apoyada sobre la cama.

Claro, ese no es tu lema, te gusta decir las cosas claras, por eso los favores los pagas y las traiciones las cobras.

Claro.

- Cierto, ¿por eso sos cruel?- se ríe.

- No soy cruel, solo soy el tipo de persona que usa menos el corazón- vuelvo a tomar.

- Pero igual no eres la misma chica que conocí hace dos años- hago una mueca- conocí dos versiones, una era la que sonreía a todos para no preocuparlos, veías por los demás luego por ella, cuando volví me di cuenta que eras una persona totalmente diferente, nueva mentalidad, perspectiva, la chica que se preocupaba por todos y por todo, ahora ya no le importaba nada en absoluto- lo quedo viendo sorprendida- esa chica que ahora ven todos era la que yo veía cuando se cerraban las puerta de esa mansión- el toma un trago, sigo sorprendida- ¿que?

¿Que? que básicamente te amo, que no quiero volverte a alejar, no quiero que te vayas mas, que volvamos a ser eso que fuimos, que ni nosotros sabíamos que éramos, pero lo eramos todo, que tengo unas ganas de abrazarte y besarte que no te imaginas, al igual que tengo miedo que me vuelvas a transformar en eso que tanto me costó salir.

Quiero acabar con todo Ada- me agarro la cabeza, llevo diez horas desde que salí del hospital y ya no doy mas.

- Tomar no es la solución- Ada me agarra de los hombros- necesitas salir de acá.

- Como si fuera fácil, no me dejaran irme, sabes cómo son mis padres- me quejo.

- Entonces si de verdad lo queres hace lo que mejor sabes hacer- la miro confundida- sonreí y demuestra que sos mas grande que tus problemas, porque estar encerrada en esta habitación con botellas no te ayudará a superar a Brais.

Había logrado salir, empecé a tomar con moderación pero nunca llegué al límite de emborracharme, hasta que un día en Argentina vi una noticia sobre él y volví a caer, después todo se juntó con ese sentimiento de abandono el mismo que sentí cuando murió mi abuelo.

- Te lo dice una persona que ama el alcohol V, esta no es la solución- me quita la botella Pao.

- Todavía duele- digo con lágrimas, ella se queda en silencio.

- Tal vez este no se a el mejor consejo- me agarra mi cara para que la vea- pero has sido buena por mucho tiempo y no lo valoraron, te pisotearon así que- mira a cada uno de los chicos y vuelve su vista a mi- se una maldita perra, no des mas de lo que recibes y que no te tiemble la voz al mandar a alguien a la mierda.

Fijo mi vista en esos hermosos ojos diferentes que me vuelven loca y sonrió.

- Nada, solo me sorprende lo mucho que me observas, ¿me debería preocupar?- levantó una ceja.

- No tranquila- me pasa otra cerveza- ¿te puedo hacer una pregunta?

- Me has estado haciendo preguntas desde que llegaste- aclaro- pero adelante, pregunta.

- ¿Por que tuvieron esas reacción cuando viste el cuadro de tu familia?- suelto un suspiro.

- Mi abuelo es algo muy delicado entre mis hermanos, no hablamos ni nada de él, su muerte le afectó a cada uno de forma diferente, pero eso ya lo sabes- asintió con la cabeza- él lograba mantener a toda la dinastía junta, no nos queríamos como una familia, pero por los menos nos toleramos- tomo lo que queda de un solo trago.

Verdades©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora