Capítulo 11

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-Ya está bien -dijo apenas en un susurro.

Miré al suelo, podía notar como el sueño tomaba posesión de mi cuerpo poco a poco. Me aparté un poco de él para ponerme la ropa en silencio, sin producir palabra alguna.

En cuanto terminé, me coloqué frente a él, que había estado observando como me ponía la ropa desde la pared que tenía en frente.

-Estoy cansada -dije mirando mis pies.

Collin me agarró lo hombros con su brazo y me guió hasta la habitación.

Abrió la cama y me metí dentro y, como un padre cuando acuesta a su hija, se sentó en el borde de la cama y me acarició el pelo.

-Lo siento mucho, Collin -susurré con tono de pena.

-Shh. No hay porqué disculparse -dijo mientras sonreía levemente con los labios-. Ahora descansa, mañana será otro día.

Asentí y cerré los ojos.

No recuerdo lo que pasó después, así que supongo que me dormí pensando en la forma de decirle a Collin que me daba tanto miedo estar con él que era incapaz de aguantarlo mucho más tiempo, pero que a la vez, era tan intenso lo que sentía, que me veía incapaz de estar un minuto sin su compañía. Y todo aquello me estaba volviendo loca, no entendía nada.

Me desperté con el ruido de una tetera que chirríaba y con olor a tostadas. Abrí los ojos y sonreí al recordar donde estaba. Me estiré como pude y aparté las sabanas para levantarme. Caminé arrastrando los pies hasta la cocina, donde Collin se encontraba de pie junto al tostador.

-Buenos días -dije con la voz ronca de las mañanas.

Collin se giró.

-Buenos días -su rostro estaba más serio que nunca, pero sonrió.

Le dedique también una leve sonrisa con los labios.

Collin me sirvió una taza de té rosado de frutas del bosque y se sentó a mi lado con una rebanada de pan tostado con mermelada de melocotón.

Mientras tanto, mi mente se hacía guerra entre decirle lo que sentía y no decírselo.

-Collin... -dije mirando mi taza fijamente

-¿Sí?

-¿Aún... sigues teniendo interés en saber lo que más me aterroriza en este mundo?

-Ajá... -asintió mirándome.

-Pues... -respiré hondo- lo que más me aterroriza en este mundo eres tú.

Noté como abría mucho los ojos al escuchar aquello, pero no dijo nada.

-Es un temor... como insoportable, como si me estuviera quitando la vida...

-¿Entonces me atrevo a preguntar por qué estás aquí conmigo? -me interrumpió, no lo noté molesto.

-Pues porque me mata no estar cerca de ti -lo miré.

Él se quedó callado, no hizo gesto alguno.

Suspiré.

-Te quiero Collin -susurré más para mi que para él.

Volvió a abrir mucho los ojos. Me reí de mi y de su cara.

Él se rió conmigo.

-Terminate el desayuno, vamos a ir a la playa

-Wii -grite dando palmaditas.

Él se rió, aunque seguía bastante serio. Había algo que no estaba bien.

Al caer el medio día, nos montamos en su furgoneta.

¿Destino o suerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora