Capítulo 5

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-¿Ceres? ¿Ocurre algo? -preguntó detrás de la puerta.

-Nada, no te preocupes.

Estaba sentada en el inodoro abrazando mis piernas.

En mi cabeza solo la idea de que esa chica era su novia estaba presente. Y en realidad no llegué a comprender por qué tuve esa reacción, ese tipo lo único que me daba era escalofríos, o al menos eso pensaba.

-Ceres, sal de ahí. No puedes pasar toda tu vida encerrada en un baño.

Un rato después decidí salir.

Abrí la puerta lentamente y me encontré con él.

-¿Se puede saber que ha pasado?

-Nada -le sonreí muy abiertamente aunque algo forzada.

-Ya claro... -susurro y se dirigió a la cocina.

Yo le seguía muy alejada. Podía notar que se había molestado por no contarle que pasaba, así que decidí inventarme algo.

-Bueno vale -desistí-. Me han dado ganas de vomitar.

Baje la cabeza.

-¿En serio? -pregunto con preocupación en el rostro.

-No -reí

-Pero, ¿entonces?

Asentí y sonreí.

-¿Nunca has sentido que te reventaría la vejiga? -Mentí y rodeé la isla para ponerme a su lado.

Él me miraba de reojo.
Cuando toda la masa se había convertido en pequeñas tortas aplastadas, nos pusimos a comer. Luego nos sentamos en un enorme sofá de cuero negro que había en el salón. En frente había una televisión de plasma negra encima de un mueble gris.
Collin me observó mientras miraba el apartamento.

-¿Te gusta? -preguntó.

-Sí, es moderno.

-Me ha costado mucho conseguirlo -sonrió.

-¿Cuanto de mucho? -sonrei también.

-Pues exactamente... tres trabajos, una beca y ayuda de mis padres.

-Tiene que ser lo mejor trabajar para conseguir algo...

-En realidad no. Es más fácil que te lo den todo hecho. Tú debes saber de eso.

-Sí pero me refiero a que debe ser genial trabajar duro para conseguir algo. En fin, la satisfacción de después ha de ser una sensación muy... bonita.

-Cierto -me miró a los ojos.

-¿Y que trabajos eran esos? -pregunté acercándome más a el para que pareciera interesada.

-El primero fue en una discoteca. Servía cócteles y todo tipo de bebidas que te puedas imaginar. Me echaron por ligarme a la hija de la jefa -reí-. El segundo fue en una gasolinera. Yo cobraba a la gente y bueno, generalmente me ocupaba de la tienda. Me fui porque encontré trabajo en la tienda de animales -me guiño un ojo-. Y ese ha sido mi último trabajo. Estoy a punto de dejarlo porque es muy aburrido y me cobran poco -hizo una pausa y se echó hacia delante-. ¿Y tu, has trabajado alguna vez?

Negué con la cabeza.

-Mi padre piensa que hasta que no me saque los estudios no debo trabajar -me encogí de hombros-. Estoy estudiando lo que él quiere que estudie y es una mierda.

Mi rostro se entristeció al pensar en aquel tema. Nuestros alientos estaban chocando.

-¿Y por qué haces eso? -preguntó- Quiero decir, ¿por qué estudias lo que ellos quieren que estudies? -tomó aire- No se, no soy nadie para opinar, pero creo que deberías tener un poco de libertad para elegir lo que quieres hacer, ¿no? -dijo recostándose en el sofá.

¿Destino o suerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora