Escuché las carcajadas de Ashley a través de la puerta, y sin abrir los ojos me di la vuelta en el colchón. Bill me tenía abrazada por la cintura bajo las sábanas. Abrí los ojos con dificultad y me los restregué para quitar las legañas. El seguía dormido. Observe el movimiento continuo de su pecho, hacia arriba y hacia abajo. Tenía cara de angelito.
Eché las sabanas a un lado para levantarme cuidadosamente e ir al baño. A la vuelta, Bill se había colocado boca arriba, aún dormido.
Me acerqué sin hacer ningún tipo de ruido y me tumbé a su lado, echándome un poco encima por la parte del pecho y le acaricié la cara con los dedos. Poco a poco fue abriendo los ojos, y cuando se despertó por completo, me dedicó una amplia sonrisa y me preguntó la hora en susurros.-Tengo hambre -le dije en el mismo tono -, vamos abajo.
Asintió, y tras llevarse las manos a la cara para despejarse, se levantó y salió por la puerta. Yo iba tras él, con la camiseta que me había dejado la noche anterior como única prenda (a parte de la ropa interior, claro).
Encima de la mesa de la cocina había una nota firmada por Ash y Steve, en la que decían que bajarían a la playa toda la mañana.Bill y yo decidimos bajar a la zona rural a desayunar y comprar algo de comida para el mediodía.
Luego volvimos a la casa, nos pusimos el bañador y acompañamos a Ashley y Steve.Hacía tanto calor para lo que estaba acostumbrada, que no podía aguantar mas de media hora fuera del agua.
Poco antes del mediodía, Bill subió para preparar el almuerzo, y los demás nos quedamos en la playa hasta que nos llamó para avisar de que la comida estaba lista.
Tras el almuerzo, todos decidieron echarse a dormir. Yo me quedé en la planta de abajo, entré al cuarto de aseo para comprobar que todo estaba en su sitio, y después me tumbé en el sofá, esperando una vez más el mensaje que no llegaba.
Al caer la tarde caminamos los cuatro bordeando la costa hasta que el sol se perdió en el horizonte.
Bill me invitó a cenar, en un restaurante a pie de playa que servía un pescado exquisito, y volvimos a casa.
No había hecho nada, pero después de darme una ducha, caí rendida en el sofá. Bill me subió en brazos hasta la cama y me arropó. Me pareció el gesto más dulce que nadie había hecho por mí.
Los siguientes días consistieron en lo mismo, alternando comidas fuera y cenas sustituidas por pizzas a domicilio.La segunda semana llegó la feria. Había toda clase de atracciones y puestos de perritos por toda la playa.
A penas eran las seis de la tarde cuando llegamos allí el primer día.-Bill, no quiero subir. Te pido por favor que respetes mi decisión -me crucé de brazos.
Él me sujetó el brazo y tiró de él, haciendo que descruzase los brazos.
-Oye, es una experiencia que solo vivirás una vez en la vida, venga, no seas agua fiestas.
-No.
-Pues tendré que hacerlo a la fuerza.
Me cogió en brazos y se dirigió a la taquilla para sacar la ficha.
-¡Bill! No tiene gracia, ¡bajame! -grité - ¿Eres gilipollas o que pasa? ¡Dejame en paz!
Entró en la cabina conmigo y me soltó en uno de los asientos, cuando ya la puerta estaba cerrada y la rueda había comenzado el giro. Me crucé de brazos sin mirarlo.
-¿Te has enfadado en serio?
-¿Por qué? ¿No tengo derecho a enfadarme si alguien me obliga a hacer algo en contra de mi voluntad?
Comenzó a reírse.
-Eres muy tonta.
-No me hables.
-Eh -me rodeó con sus brazos.
-¡Déjame! -me removí- ¿Crees que tienes derecho a tocarme? ¡Machista!
![](https://img.wattpad.com/cover/19159498-288-k851776.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Destino o suerte?
RomanceLlamarlo destino, llamarlo suerte, ¿qué más da? Ambos teníamos claro que si nos conocimos fue por algo. « -No me tienes miedo a mí, sino a lo que sientes cuando estas conmigo. ». Tráiler en el epílogo.