CAPÍTULO 8

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«Yo soy un artista y tú eres mi musa.»

MÍA

Hoy era nuestro último día en la finca; todos se regresaron a Bogotá en la mañana, excepto Joaquín y yo. Según él, todavía quedaba algo por hacer. Lo esperaba meciéndome en una hamaca Guajira, con el olor de la lavanda que impregnaba esta área de la finca. Deseaba quedarme más tiempo.

Joa estaba demorando, preparando no sé qué cosa secreta y me tenía intrigada. Había tomado de la estantería una primera edición de El amor en los tiempos del cólera, en perfectas condiciones. Era mi libro favorito, y nunca había tenido en mis manos una primera edición.

La carátula estaba intacta, de pasta dura y con la sobrecubierta amarilla tan reconocida, con una que otra arruga, pero nada que opacara su calidad. Las páginas, aunque ya amarillentas, no tenían ni una sola anotación. Sonreí al pensar que, si fuera mío, tendría decenas de post-its, anotaciones, líneas subrayadas, estrellas y corazones dibujados. O tal vez no; quizás sería el único que mantendría intacto.

Recuerdo con un poco de nostalgia mi ejemplar. Se lo regalé a Joaquín hace un tiempo, porque quería que tuviera algo que fuera importante para mí.

Pasaba las páginas con sumo cuidado; me mordería un dedo si llegara a romperse una de estas hojas. Releía las frases que más me habían gustado y las escenas más emotivas entre Fermina y Florentino.

Una hoja de papel doblada cae sobre mi vientre; se nota que tiene muchos años guardada. Su superficie está amarillenta y frágil, con bordes desgastados y arrugas profundas que marcan el paso del tiempo. Al abrirla, descubro que es una carta:

Querida mía,

Hemos pasado por tormentas y silencios,

a veces, perdidos en nuestro propio abismo.

Quiero ser honesto, admitir mis fallos,

pero estoy dispuesto a trabajar en nosotros.

Cada día trae una nueva esperanza,

una oportunidad para construir de nuevo.

Sé que no es fácil, pero quiero que sepas,

que mi compromiso es fortalecer lo nuestro.

No busco revivir lo que fuimos ayer,

si no forjar algo nuevo y más fuerte.

Necesitamos ser honestos y claros,

y comunicar lo que llevamos dentro.

"El problema del matrimonio es que se acaba

todas las noches después de hacer el amor,

y hay que volver a reconstruirlo

todas las mañanas antes del desayuno".

Estoy listo para empezar de nuevo cada día contigo.

Con sinceridad,

Tu esposo.

Es un poema, y se me derrite el corazón. Se me hace un nudo en la garganta y mis ojos se llenan de lágrimas. Qué intrusa, leyendo algo que se escribió para otra persona, pero cuando termino, lo siento como si fuera para mí.

—Hola, chica de campo —se inclina y me da un pico en la boca.

Se ha cambiado de ropa y lleva una franela blanca y su pantaloneta de baño. Sobre el cuello le cuelga una cámara profesional que compró hace poco; en una mano tiene lo que parece un trípode y en la otra un bolso negro mediano. Supongo que son accesorios para la cámara.

Una Parte De Ti © Borrador COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora