CAPÍTULO 37

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«En el amor, tener la razón no siempre importa; lo que realmente cuenta es tener el corazón en el lugar correcto»


MÍA

Les había contado todo a Andrés y Lara, sentados en el centro comercial mientras nos comíamos un helado, o mejor dicho, mientras ellos comían y yo jugueteaba con el vaso sin probar bocado.

Ninguno de los dos tomaba partido ni me decía lo que debía hacer. Yo les estaba contando para que me dijeran "Dale una patada en el culo y échalo a volar," pero ahí estaban, moviendo la cabeza afirmativamente con cada cosa que les contaba.

—Lo de Ferd fue una buena jugada —dijo Lara.

—Mmmm —asiente Andrés.

Dejo el helado a un lado y les reclamo:

—Eh, no están siendo de mucha ayuda, ¿saben?

Andrés se chupa un dedo con helado y se limpia la boca con una servilleta antes de hablar.

—Sabes, Mía, en estos años nunca te he visto perder la cabeza por Sebastián. Ya sé lo que me vas a decir: que no es lo mismo, que bla, bla, bla. Pero ponte en su lugar. Que se haya ido fue lo mejor. Joaquín era un desastre, Mía. No podía ni con su propia vida y sus traumas de mierda. ¿Cómo iba a ser bueno para ti? En algún momento la iba a cagar, te lo aseguro.

Lara aprieta los labios y me mira con pesar.

—Todavía lo quieres.

Niego con la cabeza, rápido. Pero ellos saben que es mentira.

—No ha habido un solo día que no lo recuerde —digo, cubriéndome la cara con las manos.

—Mía —Lara se levanta y se sienta a mi lado.

Me da rabia tener que admitirlo. Les puedo mentir a todos mis amigos, a mi familia, hasta al propio Joaquín, pero a mí jamás.

—Dejarlo entrar se siente como si me traicionara a mí misma. ¿Y qué hay de Sebastián?

—Deja de pensar en los demás. Y piensa en tu propia felicidad —me dice Andrés.

—No tienes que tomar ninguna decisión apresurada Mía. No te dejes presionar. Ya tienes mucho en la cabeza con la clínica, los estudios, la fundación. Respira... —me aconseja Lara.

Lo hago de forma inconsciente.

—Al final todo vuelve a su lugar —finaliza Andrés.

A pesar del consejo de mis amigos, esa tarde le escribí a Sebastián.

Mía:

Te extraño.

Para mi sorpresa, los dos chulos azules se muestran en la pantalla. Espero varios minutos; sin embargo, no llega ninguna respuesta. Me siento como la peor persona del mundo.

♥♥♥

La sesión de fotos estaba casi lista para iniciar. El salón de rehabilitación de la fundación se había adecuado para la ocasión y los niños estaban emocionados por las fotos. Aleja, Andrés, Lara, Luis, Joaquín y yo corríamos detrás de Ferd, quien daba indicaciones como si fuera un pulpo de doce tentáculos.

—¡Más luz en la esquina izquierda! —gritaba Ferd, agitando los brazos—. ¡Y alguien que mantenga a los niños lejos de la mesa de snacks!

Los niños, con sus prótesis relucientes, estaban impacientes, saltando y riendo, ajenos al caos organizado a su alrededor. Algunos de ellos ya estaban en sus posiciones, practicando sus mejores sonrisas y poses para la cámara.

Una Parte De Ti © Borrador COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora