CAPÍTULO 28

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"Todo se reduce a la última persona que piensas en la noche. Hay esta tu corazón"

JOAQUIN

Es viernes y me estoy vistiendo para ir a la fiesta de inauguración del bufete del Frank y El costeño. Me alegro mucho por mis amigos, se merecen todo el éxito del mundo. Les ha costado mucho llegar a donde están, muchas piedras se han cruzado en el camino, pero de forma muy inteligente han sabido sortear y voltear todo a su favor. Son excelentes abogados y extraordinarias personas.

A raíz de muchos acontecimientos que no quiero recordar en estos momentos hicimos un cambio muy importante en nuestra empresa, una de ellas fue cambiar de bufete. Durante muchos años el padre de Frank se encargó de la parte legal de nuestra compañía e incluso de temas personales, por obvias razones decidimos confiar en mis amigos y ahora somos unos de sus principales clientes.

El caso es que hoy en día tienen casi una docena de empresas como clientes fijos y se encargan de otros casos individuales y probono.

Cuando llego al edificio donde se encuentran las oficinas, me dirijo a la sala de eventos donde se realiza la fiesta. Me quedo muy sorprendido. Han botado la casa por la ventana. Una Joven me recibe en la entrada y me entrega una copa de champaña, la cual recibo por cortesía. No puedo tomar esta noche, estoy conduciendo.

Siempre que soy consciente de eso, se me remueve todo por dentro.

Retiro los recuerdos de mi mente y me centro en el lugar. El salón no es muy grande, lo suficiente para que se encuentren las mesas muy bien ubicadas, un lugar para las bebidas, entremés y una pequeña tarima. El objetivo es que todos puedan hablan y conocerse, crear un ambiente acogedor y familiar.

La decoración es elegante, en tonos dorado y negro. Los colores corporativos. No me sorprende, Frank se mueve como pez en el agua en este gremio. Lo único bueno que le ha aprendido al torcido de su padre.

La instancia está casi llena. Creo que soy de los últimos en llegar. Los invitados hablan de forma amena y se nota que están pasándolo bien. En estos espacios también se hacen buenos contactos y negocios, llevo solo 10 minutos cuando mis amigos se me acercan a saludarme.

—Siempre haciéndote el interesante —me dice El costeño, dándome un fuerte abrazo.

—No hay que perder el estilo —le digo en broma.

Están vestidos muy elegantes. Frank de azul marino y El costeño de gris claro. Yo estoy de negro.

— ¿Y qué tal? —pregunta Frank.

—Impecable, los felicito. Un gran pasó, estoy seguro que este cambio será para mejor, cuentan conmigo para lo que sea.

Ambos me agradecen y me dan al mismo tiempo unas palmadas en la espalda. Se les nota la alegría en sus caras, están muy contentos y nerviosos al mismo tiempo.

—Hombre gracias, hermano —dice Frank.

Cuando se van a saludar a todos los invitados me dirijo a la mesa donde se encuentra mi familia. No me pasó desapercibido que Juana no está. Mi madre me dijo que no había podido venir a la fiesta porque se encontraba mal de los cólicos menstruales.

Típicas escusas de colegiala.

Le escribo un mensaje de inmediato.

Yo: No puedo creer lo que me acabas de hacer. Confiaba en ti. Pero parece que tú ya no confías en mí.

Si, muy melodramático. Pero la intención es hacerla sentir culpable.

Lee el mensaje, pero me deja en visto.

Una Parte De Ti © Borrador COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora