CAPÍTULO 27

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"Los cambios son retos que abren las puertas a nuevas oportunidades"

MÍA

JULIO 

Estaba en El hueco, un lugar oscuro, frio y lleno de polvo. Un lugar al que suelo ir de vez en cuanto, solo cuando estoy totalmente cansada.

El hueco es un cuartico de chécheres en la Clínica del Norte donde realizo mi internado. Un refugio para descansar en las horas donde siento de no puedo más. Es duro adaptase a una vida de trasnochos y turnos de 16 horas. No es que me esté quejando ni mucho menos, estoy feliz aquí a pesar del poco tiempo.

Hace apenas 3 meses que estoy en rotación. Ha sido una experiencia emocionante, agotadora, pero muy emocionante. Esta noche termino mi paso por Clínica médica CM, luego tengo tres días libres e inicio el lunes con la rotación Pediatría. Estoy eufórica.

A pesar de tener muy claro en que quiero especializarme, la pediatría es mi segunda especialidad predilecta. Me encantan los niños, poder ayudarlos a recuperarse me llena de mucha ilusión. Sin embargo, la Ortopedia es lo mío. Desde que perdí mi pierna siempre he querido ser ortopedista y cirujana ortopédica. Pero para eso todavía falta mucho.

Me quito la prótesis apenas me siento en un viejo y maltrecho sofá que está en un rincón el cuartico. Me masajeo suavemente el muñón para aliviar un poco el calambre, consecuencia de pasar tanto tiempo de pie. Me duele. Pero no me gusta que nadie se dé cuenta, de lo contrario no me dejarían el turno completo.

Cuando ingresé querían darme un trato preferencial por mi condición física, pero me negué rotundamente, turnos más cortos, menos rondas y menos paciente.

— ¿Para qué vine entonces? — Les pregunte a mis jefes—. No aprenderé nada de lo importante si no estoy a la par de todos.

Al final aceptaron.

Yo puedo, me dije a mi misma.

—Tú puedes Mía.

Y acá estoy

Recuerdo mi primer día como residente, me sentía como una niña de 5 años disfrazada de doctora. Fue bastante intimidante. Estar acá sola, sin mis amigos de carrera, sin Lara, ni Luis; que se encuentran en otra plaza. Por lo menos ellos están juntos en esta nueva etapa profesional, en cambio yo, no tuve la misma suerte.

Mientas recuesto mi cabeza en el sofá cierro los ojos y me dispongo a descansar la hora que tengo libre de estas 12 de trabajo sin parar. Apenas y he comido. Y eso que es mi último día en CM.

Me quedo dormida apenas cierro los parpados. Minutos después un ruido en la puerta me despierta, veo mi teléfono y han pasado 25 minutos. Alguien toca la puerta, antes de que habrá me da tiempo de ponerme la prótesis.

Es la persona que menos me esperaba.

— ¿Se puede?

Y hay esta él. Tan perfectamente vestido como siempre. Tan guapo, imponente y seguro de sí mismo. Su perfume caro llega el espacio de un agradable aroma, donde solo se pude respirar moho. Pasa y cierra la puerta con esa sonrisa que nunca pierde. De esas que llegan a los ojos y transforman todas las facciones de la cara.

Una sonrisa sincera, franca e integra. Como es él.

Sebastián.

—Ya estas adentro.

Se ríe.

—Cierto, pero ante todo los buenos modales.

Le hago un escaneo rápido, me encanta esa camisa, es de rallas color verde militar, se le ajusta perfectamente a su atlético cuerpo, él solo mejora con los años. Su bata blanca hace que se vea simplemente irresistible. 

Una Parte De Ti © Borrador COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora