CAPÍTULO 17

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«A Veces, no estamos listos para escuchar las verdades que no queremos enfrentar.»


MÍA

Andrés y yo nos encontramos en la fundación donde somos voluntarios. Hoy es un día especial porque estamos entregando prótesis a niños que las necesitan. La emoción en sus rostros es adorable, y no puedo evitar sentir alegría y gratitud con la vida por permitirme estar aquí. Como siempre, nos hemos encargado de organizar todo para que la entrega sea un éxito. Los niños nos miran con ojos brillantes mientras les explicamos cómo usar sus nuevas prótesis.

Necesitaba esta dosis de amor en mi vida. Llevaba más de una semana encerrada en mi casa, lamiéndome las heridas y extrañando a Joaquín. Cuando salió por la puerta la última vez que nos vimos, estuve a punto de salir corriendo detrás de él, de decirle que todavía lo amo, que podemos superar esto y que lo perdono por haberme ocultado la verdad. Sin embargo, me quedé sentada en el sofá llorando como una magdalena, sintiéndome culpable por seguir queriéndolo cuando debería detestarlo. Además, estoy preocupada por el juicio en contra de Joaquín, ya que lo vi en las noticias y las acusaciones en su contra son serias. Tengo miedo de que lo puedan declarar culpable y vaya a la cárcel.

Cuando Andrés me llamó para recordarme la actividad en la fundación, fue música para mis oídos. Necesitaba salir de la casa, despejar la mente y dejar de sentirme como la persona con la peor suerte del mundo, porque siempre he pensado que, a pesar de las cosas que me han pasado, soy muy afortunada.

—Mira cómo sonríe Valentina —me dice Andrés, señalando a una niña pequeña que acaba de recibir su prótesis.

—Es preciosa. Verla hace que todo valga la pena —afirmo con nostalgia.

Andrés se acerca y me da un beso en la cabeza.

Cuando terminamos, los padres se llevan a los niños y nosotros nos quedamos solos en la sala organizando todo. Aprovecho el momento de tranquilidad para hablar con Andrés. A pesar de que ha ido a verme estos días, no hemos conversado; estaba en modo zombi, sin querer hablar con nadie. Ahora siento remordimiento por mi comportamiento, no he tratado muy bien a mi familia y amigos estos últimos días.

—Andrés, ¿podemos hablar un momento? —le digo, tratando de sonar casual, aunque sé que lo que voy a decir no es nada fácil.

—Claro. ¿Qué pasa? —me responde, con esa mirada comprensiva que siempre tiene.

—Perdón por estos días. Sé que no he sido la mejor amiga. Solo quiero darte las gracias por estar siempre para mí, cuando más te he necesitado.

Él sonríe con suficiencia.

—Tú harías lo mismo por mí. Y no tienes que darme las gracias, me conformo con que no veas más a ese imbécil.

Bajo la cabeza para evitar mirarlo a la cara. Andrés no es de los que perdonan y olvidan fácilmente.

—¿Te viste con él? ¡Joder, Mía! —dice molesto.

—Se apareció en la puerta de mi casa. ¿Qué querías que hiciera?

Recoge el resto del equipamiento con rabia, mientras yo lo sigo para tratar de explicarle.

—¡Que le cerraras la puerta en la cara! En verdad no entiendo qué te pasa.

Andrés suspira y me mira directamente a los ojos.

—Ya te lo he dicho antes, pero creo que necesitas escucharlo de nuevo. Joaquín no es una persona de confianza. Te ha mentido y manipulado tantas veces. Sé que te duele, pero debes alejarte de él. Mereces algo mejor, alguien que realmente te valore y te quiera sano.

Una Parte De Ti © Borrador COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora