son pololos ➹ rubegetta

18

—¿Y quien te preguntó? —preguntó Irina manoteando como loca.

—¡No necesito que me pregunten para dar mi opinión! —responde Alex.

Ambos estaban discutiendo sobre Rubén y Samuel.

La maestra, les asignó la tarea de ciencias juntos, así que la hicieron. Y también aprovecharon para hablar sobre ellos.

Según Irina, Rubén sería el mamón frío culero, que sentirá atracción hacia Samuel, pero no lo aceptará. Y según Alex, serán los dos.

—¡Es que no tiene lógica! —exclama.

—¡La tiene! —insiste.

—Dime una razón, por la cual eso tendría lógica —dice.

—Porque no le van a dar la razón a los demás —dice Alex obvio.

Irina se queda dos segundos pensando, y la verdad es que en cierto punto, tenía lógica.

—Pero sigo creyendo que Rubén va a ser el mamón —insiste Irina.

Alex bufa.

Pero ambas cosas, tienen lógica.

—¿Crees que ellos dos lleguen a ser algo? —pregunta Irina.

—Si no lo hacen, me tiro de un puente —responde Alex sarcástico.

Irina suelta una risita.

—Ya, pero ésto del “ship”, de principios era de broma —dice Irina—; Además, que Rubén es re asexual —añade.

—Es verdad, eh —dice—, Pero aún así, sigo creyendo que sí llegan a ser algo, sería muy bonito —dice Alex.

—Mhh-hhm, pero ambos son muy tontos para saberlo —dice Irina algo desanimada.

Ambos se quedan callados, seguramente pensando en cómo sería si Rubén y Samuel fuesen novios. Como anteriormente Alex dijo, el ship comenzó como un simple juego. Pero, ¿No te parecería interesante como sería sí las dos personas que shipeas, se vuelvan pareja?

Irina y Alex sabían que Rubén era una persona que podía parecer fría. Pero por dentro era un niño pequeño.

Al castaño le cuesta confiar en la gente, y mostrar si verdadero yo. Eso tal vez explique porque siempre trata "mal" a las personas.

Apesar de querer cambiar, no podía. Así que tenía que conformarse con lo que había.

Hoy era lunes, pero no tuvieron clases porque los maestros estaban en reunión.

Así que ambos suspiraron, y comenzaron a usar sus celulares.

¿Ellos? Re sociables, la verdad es que nunca he visto personas tan sociables como ellos.

—¿Como se llamarían los 100 pies si no tuvieran 100 pies? —pregunta Irina.

Alex voltea a verle.

—¿Por qué me preguntas a mí? —pregunta.

—Porque tú eres la única persona que está aquí —responde simple.

Alex frunce el ceño.

—Aunque tú no eres una persona, eres un pitufo —dice sarcástica.

Alex frunce más el ceño.

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