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Después de ese momento en la casa de Rubén. Samuel quedó algo… ¿impactado?

Nunca pensó que el pasado del castaño sería tan “oscuro”. Y sabía que el castaño se avergonzaba de ello —le pidió disculpas como 500,00 veces—.

Y ahora, que ambos volvían a estar a la escuela. Todo parecía estar mal. ¿En que sentido? En el que ahora Rubén evitaba a Samuel. ¿Y lo peor? Que Samuel no sabía porque.

Quizás era porque había hecho una mala reacción ayer sobre su historia. Pero, ¿cuál? Juró haberse controlado lo suficiente para no hacer ninguna mueca o algo así. Y ahora solamente estaba confundido.

Ahora que lo pensaba, de principios el castaño le evadía y él seguía con su vida normal. Digamos que es su EnFerMedAd.

Almuerzo. Samuel lo tomó junto a la maestra de matemáticas, ¿por qué? Ni él sabía, solamente sabía que la maestra le había citado a tener el almuerzo con ella. Igualmente sabía que estaría como siempre; con una taza de café, y tecleando cosas en su ordenador.

—¿Que pasa, señorita Méndez? —pregunta Samuel al entrar.

—Siéntate —dice con un aspecto serio. Y Samuel le hizo caso.

—Ehm… ¿ahora si me dirá que pasa? —pregunta sin tratar de sonar borde.

—¿Que hiciste? —pregunta.

—¿Yo? ¿Eh-?

—Rubén.

Soltó un leve «ah» en manera de comprender.

Entonces no eran cosas suyas.

—No sé —susurra— Anoche estábamos bien, y ahora…

—¿Anoche? Oh, ya veo —dice.

—¡No es lo que cree! —exclama con sus mejillas rojas de vergüenza— Estábamos haciendo la tarea de matemáticas, y era muy tarde, y me quedé en su casa, nada más.

—Hmm… interesante —dice— Solo te quería por la tarea —dice.

—¿Que? Bueno, si, quizás —dice, aunque admitir eso le dolió un poco— Pero en realidad creo que es por otra cosa.

—¿Haces caras raras cuando duermes? —pregunta.

—No, no, no- —se detiene unos segundos y mira fijamente a la maestra— ¿¡Cómo sabe que dormimos juntos!? —exclama.

—Bueeeeno —dice con una sonrisa algo pícara— Si te quedaste a dormir, al menos debiste aprovechar algo —bromea— Pero dime, ¿por qué piensas que Rubén está enojado contigo?

—Porque antes de acostarnos a dormir, vimos una película —vió como la maestra se quedaba boquiabierta.

—¡Espera, espera, espera! —exclama interrumpiendo al azabache— ¿Me estás diciendo que hiciste la tarea de matemáticas, viste una película, y también dormiste con el chico que te gusta? ¿Y no aprovechaste para robarle un beso o algo? —pregunta como si fuese algo prohibido.

Samuel asiente lentamente. Algo temeroso de la reacción de la pelirroja.

Méndez aprieta su mandíbula. Y hace un ademán indicándole a Samuel que podía continuar con su historia.

—Y nos hizo un chocolate caliente, pero esa bebida tiene un pasado triste para él, y me lo contó, ¡y no sé si fue por eso! —dice.

Méndez se queda callada por varios segundos, y asiente. En manera se analizar lo que Samuel le estaba diciendo.

—Hay confianza, eso es bueno —dice— Tengo una teoría —dice.

—Estoy abierto a ideas —bromea Samuel.

son pololos ➹ rubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora