┊Capitulo 34┊

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JungKook entró a la pastelería, JiMin ya se había ido al trabajo. Apartó su mirada del auto que ya iba una calle lejos para ahora mirar dentro del lugar.

Su jefa se encontraba ahí y era raro, ella solo iba cuando eran casos especiales. YoonGi salió de la sala de descanso cargando una pequeña caja. JungKook lo miró extrañado. Tampoco llevaba su uniforme así que no lograba entender lo que sucedía.

Miró al mayor charlar con su jefa para después abrazarla, ambos secaron sus lágrimas. Ahora sí que JungKook no entendía nada y se estaba preocupando.

YoonGi se despidió de todos con una sonrisa resplandeciente pero con sus ojitos inundados en lágrimas. El menor lo miró preocupado, YoonGi lloró un poco más al encontrarse con su menor.

─¿Qué pasa, Yoonie?─su voz tembló debido al nudo en su garganta.

YoonGi agachó la cabeza para que Kook no mirara sus lágrimas. JungKook sintió sus lágrimas bajar por sus mejillas ahora.

─Kookie...─ suspiró─Me voy─su voz sonó baja y débil, reteniendo el llanto que estaba próximo a escapar─. Me voy a Daegu... Estuve pensando en muchas cosas, quiero tiempo para mí, para mi persona, para arreglar los fallos que me atormentan desde que tengo memoria. También me voy porque extraño a mis padres, vine a Seúl desde que soy muy joven, me enamoré y pensé que solo necesitaría de JiMin para sentirme en casa y sí... JiMin fue mi hogar por muchos años pero ya no... Los extraños, extraño a mis padres, eso combinado con mi estabilidad emocional. Tengo que hacer que deje de doler ─colocó una mano en su corazón.

Y JungKook lloró, lo último que le hubiera gustado ver por la mañana era a un roto YoonGi y lo peor de todo es que conocía el sentimiento. Estaba de acuerdo en que se fuera porque en su momento él también lo hizo, huyó de su lugar de nacimiento porque le rompieron el corazón, en Seúl logró reponerse, así que sí, iba extrañar a su bonito menor pero era lo mejor para él.

Sus brazos envolvieron el cuerpo del mayor, ambos lloraron abrazados, se extrañarían. El futuro era incierto, no sabían cuando se volverían a encontrar, habían creado lazos y sería muy triste ver como se iban soltando de a poco pero eso no pasaría, se prometían enviarse mensajes o incluso hacer llamadas.

Estaba seguro que YoonGi se iría pero en ningún momento se olvidaría de su bebé o de Hoseok, su Hyung estaría sanando su corazón pero muy al pendiente de los bebés que ya consideraba como parte de su familia.

Se separaron cuando escucharon la campanita de la puerta sonar, JiMin estaba ahí tomando la mano de Hoseok que los miraba con pena. JiMin miró una última vez a su mayor, a su jefa y a sus ex-compañeros de trabajo para ahora hacer una gran reverencia con una linda sonrisa y por último retirarse con la pareja.

JungKook se sintió vacío a medida que lo miró alejarse del local. Era un día gris, el cielo estaba oscuro, la falta de sol era notoria Las nubes lo cubrían dando un aspecto más tarde cuando recién eran las siete de la mañana.

Parecía que todo encajaba a la perfección para estar triste, ahora solo quería estar envuelto en sus mantas, recostado en su sillón comiendo helado mientras miraba dramas tristes y lloraba por la
tristeza que ahora sentía con la partida del menor.

Ese día no fue el mejor de todos y se notaba, YoonGi normalmente era como irradiaba luz, llevando la alegría hasta el último rincón en la pastelería y este ahora no estaba.

Seguramente ya se encontraba por tomar un tren a Daegu o en su defecto, ya estaría en su lugar de nacimiento para encontrarse y sanar su corazón.

Cuando JiMin llegó a la pastelería JungKook se lanzó a sus brazos mientras lloraba, necesitaba el confort del mayor porque descubrió que era gratificante llorar en los brazos de JiMin y tal vez porque se sentía en casa con él y podía llorar todo lo que quisiera sin sentirse a penado o fuera de lugar.

El mayor claramente se asustó, pensó que algo le había sucedido al menor pero en cuanto este le contó porque lloraba, él también lloró.
Extrañaría a YoonGi pero donde sea que ahora estuviera, le deseaba toda la suerte del mundo para que pudiera salir adelante y pronto volver a verlo.

Ambos chicos llegaron a casa, sus ojos estaban hinchados, ninguno tenía hambre, solo querían meterse en la cama y dormir.

Dormir hasta el día siguiente y luego despertar un poco mejor.

Sería duro sin YoonGi, lo extrañarían demasiado.

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─Hiciste bien en venir, bebé─la mujer sonrió, sus ojos escondiéndose a la par que su sonrisa iluminaba su rostro─. Ese chico también merece ser feliz así como tú también lo serás, ya lo verás mi bebé. Te tropezaste muchas veces pero la vida es tan sabia, te lo recompensará con algo grande ─limpió las lágrimas de su hijo con cariño─. De estas aún vendrán más, de lo contrario estarías muerto por dentro, sin sentimientos, una persona fría, pero te prometo que serán pocas de tristeza y las demás serán de pura felicidad.

YoonGi lloró más fuerte en el pecho de su madre, la había extrañado demasiado y no había pasado mucho desde la última vez que la vio.

Había hecho lo correcto, lo sentía en su corazón y las palabras de su madre también se lo repetían.

A partir de ese momento él y su corazón comenzarían a curarse de todo lo que los dañaba.

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Banco de Esperma  «JIKOOK» ┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora