Destiel One Shot Collection (Vol. II)

22- Pies en la Arena

Día 22: Verano

- No puedo creer que finalmente estemos aquí, Sammy - Dean dijo, estirando sus brazos. Estaba sentado en la arena, disfrutando de la playa y del verano.

Sam lo miró y sonrió. Tenían una sombrilla sobre ellos y llevaban camisas hawaianas que hacían juego.

- Me alegro de que podamos tomarnos un tiempo libre para hacer esto, Dean - observó su hermano. Estaba leyendo un libro que no tenía nada que ver con la caceríade monstruos.

- Se están tomando su tiempo, ¿no?-  Preguntó Dean, mirando detrás de ellos.

- Relájate, Dean ... También es la primera vez para ellos - dijo Sam, sin apartar los ojos de su libro.

Dean se relajó entonces, pero no por mucho tiempo. Vio a corta distancia cómo llegaban Castiel y Jack, caminando con caras sonrientes, mirando el mar… y Dean no pudo creer lo que veía.

Castiel se veía tan malditamente hermoso, la camisa hawaiana a juego con ellos, y sus piernas y muslos eran celestiales, tan firmes, tan musculosas. ¿¿Que demonios?? Y también podía ver sus brazos ... y Carajo, era un Adonis.

Dean miró de reojo a su hermano, porque se sintió babeando por el ángel, pero Sam todavía estaba leyendo ese libro. Perfecto.

- Hola, Sam, Dean ... la playa es hermosa ... ¿Puedo sentarme y leer un libro también? - Preguntó Jack, con entusiasmo.

Sam le sonrió con cariño y señaló el lugar vacío a su lado. El niño se sentó y tomó un libro.

- Iré a nadar - planeó Castiel, mirando al mar. Comenzó a desabotonarse la camisa.
Dean estaba prestando mucha atención y casi se olvidó de cómo respirar o ... cómo tragar. La vista era la más caliente que había visto en su vida ... ¿Era esto un sueño? Maldita sea ... seguro que debía verse como un depravado, viendo a su mejor amigo desnudarse, pero él  era una obra de arte. ¿Cómo podía dejar de mirarlo? Era imposible. Dean estaba totalmente excitado. Esos abdominales eran gloriosos, y el pecho y los músculos de sus hombros ... Cas se dio la vuelta para mirar el mar, y Dean pudo ver su perfecta espalda. Realmente era un maldito Adonis.

Castiel ahora se estaba acercando al agua ... ¡y ese trasero! Los ojos de Dean estaban muy abiertos. ¡Mierda! ¿Dónde había escondido este ángel toda esa carne?

Pero entonces, Dean escuchó a algunas chicas riéndose a su lado, también estaban encantadas con Castiel… y no solo con ellas. Dean miró a su alrededor, todas y cada una de las malditas almas estaban cautivadas con la belleza y perfección del ángel. Y ahora eran, por supuesto, los rivales de Dean.

- De ninguna manera, gente, esta angel cake es mío - murmuró Dean, quitándose la camisa también, corriendo y siguiendo a Cas hasta el mar.

No se dio cuenta de que Sam lo escuchó, y ahora estaba sonriendo, pero sus ojos todavía estaban fijos en su libro.

Cas se sorprendió cuando vio a Dean a su lado.

-  ¿Dean?

- Hey, amigo - Dean le sonrió y bajó la mirada hacia ese torso: - ¿Puedes ... puedes enseñarme a nadar?-  pidió el cazador.

Cas inclinó la cabeza hacia un lado:

- ¿No sabes cómo?- preguntó el ángel confundido.

- Nop - Dean negó con la cabeza: - No soy perfecto, Cas, incluso si lo parezco ... perfecto, quiero decir ...- el cazador tosió torpemente. ¿Era idiota o algo así?

- Está bien, entonces ... -  Cas comenzó a caminar de nuevo, pero ahora tenían el agua en las caderas.
Dean tomó la mano de Castiel, avergonzado. Cas lo miró con asombro. Dean le ofreció una media sonrisa.

- Tengo miedo ...- murmuró.
Cas entrecerró los ojos, pero apretó la mano de Dean y comenzó a caminar de nuevo. 

Eres un maldito mentiroso hijo de puta, Dean Winchester.

De repente, vieron a un niño ahogándose y gente gritando pidiendo ayuda.

El rostro de Dean cambió, y con seria determinación, saltó al agua, nadando rápido hacia el chico, salvándolo en un segundo.

Cas ladeó la cabeza desconcertado al ver eso, y luego se rió entre dientes, bajando su rostro.

- ¡Muchas gracias! - dijo la mamá del niño. Estaban en la orilla, Dean se sintió feliz de poder ayudar. Fue cuando Cas lo alcanzó.

- Pensé que no sabías nadar -  dijo el ángel ahora frente a Dean, mirándolo con esos ojos azules y profundos.

Dean abrió la boca, pero esto es lo que salió de él:

- Yo ... no, él estaba ... yo ...- y como Dean estaba balbuceando como un bendito al mismo tiempo que su rostro se puso todo rojo, Cas sintió que ya era hora de un beso.

El ángel se le acercó de repente y presionó sus dulces y suaves labios contra los sorprendidos de Dean. Fue un beso muy caliente y tierno.

Dean cerró los ojos disfrutando de aquella tibieza. Cas lo soltó lentamente.

- Sí, eso es lo que pensé -  sonrió el ángel. Luego tomó la mano de Dean y caminaron por la orilla.

Y Dean nunca dejó de tener esa expresión tonta y sonriente en su rostro.