Capítulo 23

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Aquella mañana Laura se levantó por el odioso sonido del despertador, cuando consiguió apagarlo abrió lentamente sus ojos para toparse con una escena que dibujó una sonrisa en su rostro. Villa estaba abrazado a ella, agarrándola suavemente por la cintura, tenía un par de mechones que se apoyaban en su frente dándole más ternura a la escena, Laura disfrutó durante unos segundos aquella escena antes de abrazarse a Villa durante un minuto disfrutando de su suave respiración. Cuando se levantó fue con extremo cuidado para no despertar a Villa y deposito un suave beso en sus labios antes de dirigirse a la planta baja. Después de desayunar con algo de prisa, se dirigió de nuevo a su habitación para tomar la ropa que llevaría hoy, se  metió en la ducha para terminar de despertarse y al cabo de unos minutos se encontraba lista para comenzar su día.

Tomó las llaves y su bolso para dirigirse a la tienda. La mañana transcurría con normalidad, la  gente entraba curiosa a observar los libros que ofrecía aquella dulce tienda, algunos entraban con algún libro en mente y otros simplemente se dejaban llevar por la magia que envolvía aquellos estantes, cuando sentían que ya lo habían encontrado iban al mostrador donde Laura les atendía con una sonrisa y un trato muy dulce. A mitad de mañana Laura pudo reconocer a una persona, una visita inesperada que iba con paso alegre hacia el mostrador. 

Alicia: Buenos días -Dijo mirando con una sonrisa a su amiga-.

Laura: Buenos días, ¿Hoy no trabajas? -Dijo mirando a su amiga con una expresión entre feliz y extrañada-.

Alicia: No, tengo día libre -dijo mientras se sentaba en un sillón en frente del mostrador-.

Laura: Y ¿a qué viene esta visita? -Dijo apoyando sus codos en el mostrador mientras apoyaba su cabeza encima de sus manos-. 

Alicia: ¿No puedo visitar a mi amiga? -Dijo intentando ocultar una mueca divertida-.

Laura: Un poco extraño que me vengas a visitar -Dijo riendo-. 

Alicia: Pues nada, hoy salen a la venta las entradas de los conciertos.

Laura: Lo sé, pero explícate mejor, no capto por donde vas -Dijo extrañada-.

Alicia: Pues que, podemos elegir una fecha e ir en modo sorpresa -Dijo con una sonrisa que hizo reír a Laura-. 

Laura: ¿No crees que se darán cuenta?

Alicia: Si lo mantenemos en secreto no -Dijo sin perder aquella divertida sonrisa inocente ni un minuto-. 

Laura: Bueno, tengo que mirarlo, no puedo dejar la tienda sola. 

Alicia: Pero si vives en una mansión, por unos días de relax no pasa nada -Dijo casi rogándole-. 

Laura: Después lo miramos mejor. 

Alicia: No, después te vienes a mi casa y compramos todo, no me vale un no por respuesta -Dijo riendo-. 

Laura: Vale -Dijo alargando la "e" final haciendo que las dos terminaran riendo-. 

Ambas continuaron hablando durante un rato más hasta que una notificación alertó a Alicia de que tenía que ir a realizar unos recados y se marchó, no sin antes recordar a su amiga que  debía ir a su casa para organizar todo. Durante un rato que tuvo de tranquilidad Laura tomó su teléfono para revisar si tenía alguna notificación. Se sorprendió al ver un mensaje de Villa que le decía que pasaría el día en el estudio con los chicos, le deseaba un día tranquilo y que disfrutara. El día pasó más rápido de lo que Laura había podido asimilar, cuando se quiso dar  cuenta la noche ya se ceñía sobre las calles de Madrid así que decidió comenzar a recoger para cerrar la tienda. Cuando terminó cogió sus cosas y se dirigió a casa de Ali para preparar su próximo viaje. Al llegar aparcó el coche cerca de la casa de Ali y para su sorpresa cuando llegó  a casa de Ali tenía un par de papeles por la mesa y su ordenador con varias pestañas abiertas. 

El chico del corazón de cristal: A donde vamos ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora