Capítulo 22

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Laura se dio la vuelta y con la mano palpó el lado vacío que tenía en su cama, abrió lentamente los ojos y vio que Villa no se encontraba a su lado. Comenzó a desperezarse pero el cansancio pudo con ella y volvió a tumbarse en la cama, al cabo de unos segundos escuchó como alguien abría la puerta de su habitación y se sentaba en la cama cerca de donde ella se encontraba.

Villamil: Laura amor, vete levantando que ya los chicos van a llegar -Dijo para darle un tierno beso en la cabeza-.

Laura al escucharlo se tapó con la manta hasta la cabeza y se dio la vuelta dándole la espalda a Villa, este al verla soltó un tierna risa y se dirigió a la cocina a preparar el desayuno. Al cabo de un rato terminó de hacerlo y al ver que Laura no había bajado decidió subir para despertarla, cuando llegó se sentó al borde la cama observándola, una sonrisa apareció en su rostro al verla descansar tan tranquila. Se acercó con cuidado y depositó un suave beso en su frente y acariciaba con cariño su mejilla, Laura al notar el tacto de la mano de Villa abrió levemente los ojos pero los cerró inmediatamente por culpa del sol.

Villamil: Es hora de levantarse -Dijo apartando un par de mechones de pelo del rostro de Laura-.

Laura: Estoy cansada, quiero descansar -Dijo tapándose la cara con la manta-.

Villamil: Si es por mi te dejo todo lo que quiera, pero invitamos a nuestros amigos a casa y están a punto de llegar -Dijo para darle otro beso mientras apartaba la manta de su cara-.

Laura se movió un poco y se abrazó a Villa mientras él acariciaba su pelo.

Villamil: Te traje el desayuno -Dijo mientras se levantaba e iba a por él-.

Laura se incorporó de la cama y se quedó mirando a Villa mientras él le daba el desayuno. Villa se da cuenta que Laura le mira.

Villamil: ¿Qué pasa? -Dijo algo extrañado-.

Laura: Que te quiero -Dijo para acercarse y darle un beso en los labios-.

Ambos se quedaron con las frentes unidas mientras una sonrisa aparecía en sus rostros, ambos disfrutaban de cada beso, cada mirada como si la vida le fuera en ello y convertían cada momento en algo mágico y único que solamente ellos podían disfrutar.

Villamil: Desayuna que se te enfría -Dijo separándose haciendo que Laura soltara una carcajada-.

Laura: Vale papá -Dijo riendo-.

Laura comenzó a desayunar. Al cabo de los minutos terminó y bajó a la cocina a dejarlo. Cuando llegó se encontró a Villa preparando todo para el día con sus amigos en la piscina.

Laura: Me puedo quedar en pijama -Dijo mientras se acercaba a la espalda de Villa y le abrazaba mientras él soltó una pequeña risa y comenzó a acariciar sus manos-.

Villamil: Creo que no es la mejor ropa para estar en una piscina -Dijo mirándola a través de su hombro-.

Laura: Pero estoy cómoda y así puedo seguir durmiendo en la hamaca.

Villamil: ¿Te vas a pegar todo el día durmiendo?

Laura: Ojalá pudiera, pero un chico tonto no me deja -Dijo mientras se separaba de villa y salía de la cocina-.

Villamil: ¿Como que tonto? -Dijo saliendo casi corriendo de la cocina para atrapar a Laura

Laura: ¡Suéltame! -Dijo intentando escapar del agarre de Villa mientras comenzaba a reír-.

Villamil: Lo siento, soy tonto y no te entiendo -Dijo cargándola en sus brazos-.

Laura: ¡Villamil suéltame! -Dijo entre risas-.

El chico del corazón de cristal: A donde vamos ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora