Capítulo 11

405 36 10
                                    

Laura se encontraba de camino a casa de Isabel, ante todas sus súplicas por que descansara un poco más la mujer se había negado a cada una de ella consiguiendo convencer a Laura de abrir lo antes posible. De camino decidió encender la radio para animar un poco el viaje, en cuanto encendió la radio comenzó a tararear una canción que le sonaba, pero en cuanto llegó el estribillo pudo confirmar con una gran sonrisa que era aquella característica que Villa le había compuesto a ella, "A dónde vamos". Al cabo de unos minutos Laura se encontraba a las puertas de la gran casa de Isabel, aun habiendo ido cientos de veces no podía evitar quedar maravillada ante las grandes dimensiones de la casa, su gran y hermoso jardín y por cada una de las cosas que caracterizaban tanto aquella casa. Cuando se plantó delante de la puerta comenzó a rebuscar en su mochila la llave que hacía apenas unos días Isabel le había dado para que tuviera más acceso en caso de emergencia.

Laura: Buenos días -Dijo mientras cerraba la puerta mientras esperaba la respuesta de Isabel para poder localizarla-.

Isabel: Estoy en la cocina.

Laura se sorprendió bastante al saber que estaba allí, ya que desde su salida del hospital le costaba bastante más desplazarse. Se dirigió directamente a la cocina, cuando entró se encontró con la silla de ruedas por el medio y a Isabel intentando hacer su desayuno. Laura se acercó a ella bordeando la silla de ruedas y sonriendo para después soltar un suspiro.

Laura: Siéntate, ya termino yo -Dijo mientras se ponía a ayudar a Isabel-.

Isabel: No, quiero hacerlo yo - Dijo con seguridad sin parar ni un segundo de hacer el desayuno-.

Laura sonrió y se colocó a su lado para ayudarle. Ambas terminaron y desayunaron entre risas y charlas. En cuanto terminaron de retirarlo todo Laura ayudó a Isabel para prepararse para su primer día. Ambas subieron al coche y en cuestión de unos minutos, que se les hicieron eternos a Isabel llegaron enfrente de su tan amada tienda. Cuando Isabel se encontró en su silla de ruedas Laura se colocó sonriente a su lado mientras miraba aquella tienda cerrada para luego desviar la mirada hacia Isabel.

Laura: ¿Preparaba para volver? -Dijo con emoción-.

Isabel: No sabes lo mucho que lo estaba esperando -Dijo con cariño en la voz-.

Entre las dos abrieron la tienda, al entrar y asegurarse que todo estaba de la misma manera en la que los dejaron comenzaron a ordenar un par de libros que quedaban fuera de lugar o que habían llegado en la ausencia de Isabel.

Isabel: Laura ¿Me ayudas que no alcanzo a ponerlos en su sitio? -Dijo captando la atención de Laura-.

Laura: Claro -Dijo mientras tomaba una caja llena de libros que se encontraba a los pies de Isabel-.

Isabel: ¿Qué tal lo pasaste ayer con Ángel?

Laura: Muy bien, me pregunto por ti para saber cómo estabas -Dijo sonriente al recordar la tarde con su hermano-.

Isabel: El nombre le viene como anillo al dedo, tienes un angelito como hermano -Dijo con un cálido tono maternal-.

Laura: Es imposible quejarse de él, en los días más tristes consigue sacarte una sonrisa -Dijo con una sonrisa en el rostro, Isabel al verla sonrió también mientras le ayudaba a colocar algunos libros-.

Los minutos pasaban mientras terminaban de arreglar algunos detalles, pero el sonido de la puerta desvió la atención de Laura, para llevarse una alegre sorpresa.

Olivia: Buenos días -Dijo sonriente mientras entraba en la tienda-.

Marcos: Traemos café para las trabajadoras del día -Dijo mientras entraba detrás de Olivia con una bandeja que contenía 4 cafés-.

El chico del corazón de cristal: A donde vamos ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora