Capítulo 15

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Los días de Madrid pasaban con las nubes entristeciendo los días, la lluvia caía con potencia  inundando las calles de Madrid. Laura y Villamil iban camino al hospital, Villamil conducía con  la mirada fija en la carretera mientras Laura no paraba de mirar el móvil con un nerviosismo  que se hacía visible en el temblor de sus manos. Esa misma mañana una llamada del hospital  les había despertado, les pedían que por favor se presentarán en el hospital lo más rápido que pudieran, desde esa llamada Laura había empezado a pensar en todas las cosas malas que podrían haber ocurrido y Villamil le había intentado convencer de que no había pasado nada malo. Villamil aprovechó la parada de un semáforo para tomar la mano de Laura y mirarla, está  desvió su mirada hacia Villa y le dio un rápido beso en los labios que le ayudó a ambos a  relajarse un poco. Cuando aparcaron en el hospital ambos salieron y tomados de la mano se dirigieron hacia al bloque de habitaciones donde estaba ingresada Isabel. 

Subieron en total silencio con los nervios recorriendo cada centímetro de sus cuerpos,  entraron a la habitación de Isabel y para su sorpresa estaba vacía, la cama estaba hecha como  si nunca hubiera estado allí, los libros no estaban en la pequeña mesa que había al lado de su cama y la habitación estaba completamente a oscuras. Algo en Laura comenzó a crecer, el miedo de que haya ocurrido lo más temido por ellos se hizo más presente, Villa comenzó a notar como los nervios por saber donde estaba Isabel se hicieron más presentes en ambos. Laura se giró con los ojos cristalizados a causa de las lágrimas hacia Villa. 

Villamil: Tranquila, seguro que todo está bien -Dijo tomando de nuevo la mano de su pareja-. 

Rápidamente ambos se dirigieron hacia la recepción de ese bloque, esperaron en la cola abrazados, esperando que lo paso hubiera sido bueno. Después de unos  interminables minutos de espera por fin los atendieron. 

Laura: Buenos días, me gustaría saber donde se encuentra la paciente de la habitación 542, Isabel -Dijo atropelladamente con el miedo haciendo que su voz temblara-. 

Recepcionista: ¿Son familia? -Dijo sin levantar su mirada de la pantalla de su monitor-. 

Laura: No -Dijo mientras una voz se rompía poco a poco debido al nudo de su garganta-. 

Recepcionista: Pues no le puedo decir nada, lo siento -Dijo con toda la normalidad del mundo-

Villamil: No tiene familia, nosotros somos lo único que tiene -Dijo con seriedad haciendo que la recepcionista le mirara mientras se ponía al lado de Laura-. 

Recepcionista: No les voy a decir nada -Dijo con un deje de cabreo-. 

Laura le miró con un gran enfado creciendo en su interior, se apartó del mostrador con furia. Se dirigió con paso rápido y seguro hacia una enfermera. 

Laura: Hola, ¿sabe algo sobre la paciente de aquella habitación? Se llama Isabel, está ingresada -Dijo con los ojos llenos de lágrimas-. 

La enfermera tomó sus papeles y comenzó a ojear con rapidez hasta que se paró en seco en  uno de ellos, levantó la mirada hacia Laura con la misma expresión. 

Enfermera: Lo siento, pero no puedo darle esa información -Dijo mirándola fijamente con algo en la mirada que no pudo descifrar-. 

Laura: ¡Díganme dónde está! -Dijo mientras gritaba entre lágrimas que empezaban a aparecer en su rostro-.

Villamil corrió hacia ella envolviéndola en sus brazos para intentar calmarla, esta al notar a Villa se aferró a su torso con desesperación ocultando su cara en su pecho y este comenzó a  acariciar su espalda. 

Villa: Laura, Laura, Laura, tranquila -Dijo mientras le tomaba del mentón para buscar su verde mirada-. 

Laura: No puedo estar tranquila Villamil, nadie me dice donde está -Dijo entre lágrimas que eran retiradas con delicadeza por Villa-. 

El chico del corazón de cristal: A donde vamos ahoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora