Mi única razón para vivir {R. #1}✔

Capítulo 40.

*Nota rápida: Wattpad anda medio loquillo colocando cursiva a guiones que no lo llevan. :/

Me disculpo por ello y espero les guste el capítulo.*

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B A S H.

La mañana había empezado fría y por ello había ido a la cafetería por un café para desayunar, estaba sentado frente a una de esas gigantes ventanas viendo como el viento hacía contonearse a algunas hojas, las demás personas charlaban con sus familiares o con algunos enfermeros mientras desayunaban algo rápido, me levanté con apuro y curiosidad cuando sentí los pasos rápidos de los doctores y el ruido de un equipo médico ser arrastrado por el pasillo, todos los presentes miraron con atención, pero algo dentro de mí estaba apretado, algo no iba bien, corrí hacia su habitación y sentí el balde de hielo caer sobre mí.

No se movía.

Ese pitido largo resonaba una y otra vez.

Los médicos la tenían rodeada y hablaban con urgencia sobre lo que harían.

―¡Hope! ―la llamé entrando a la habitación, no me contestó ―¡Hope, respóndeme! ―pedí acercándome a la camilla ―¡Hope, carajo dime algo! ―los médicos no me dejaban verla bien

―¡Sáquenlo de aquí! ―exclamaron y me vi siendo empujado lejos de la mitad de mi mundo por dos putos enfermeros

―¡Suéltenme!, ¡Quiero verla!, ¡Maldita sea déjenme! ―me removí tanto, di un codazo a uno de ellos, por lo que no les quedó más opción que soltarme

Sentí como el ruido de la electricidad de aquel aparato conectó con ella, se cuerpo se despegó de la cama, pero aquel pitido insoportable seguía sonando plano, no estaba reaccionando ―¡Maldita sea, Hope, me hiciste una promesa!, ¡Cúmplela, joder!, ¡Cumple! ―grité mientras tres médicos me impedían acercarme más

―¡Fuera! ―exclamó otro doctor intentándolo por tercera vez, lo intentó una cuarta y me miró con lástima

No, esa mirada de nuevo no.

Esto no podía estarme pasando de nuevo.

―¡No!, ¡Maldita sea no me mire así y sálvela!, ¡Haga lo que tenga que hacer!, ¡Sálvela ahora! ―exigí gritando ―¡¿No me escucha?!, ¡Inténtelo de nuevo, maldita sea!

―Fuera ―dijo el doctor preparado para intentarlo de nuevo, su cuerpo de nuevo se despegó del colchón, pero ella no me miró, no me sonrió, no me dijo que todo estaría bien ―Hora de la muerte...-

―No, no, no ―negué frenéticamente y empujé a todos los que me contenía ―Haga algo, ella no puede... no puede...- ¡No!, ¡Haga algo! ―exigí sujetando la bata del doctor, se zafó de mis manos y asintió sin mucha seguridad, el proceso ocurrió lento ante mis ojos, dijo algo que no procesé y su cuerpo se despegó nuevamente por la descarga eléctrica, pero nada pasó, no reaccionó ―¡No, no, no!, preciosa dime algo ―supliqué y lo miré ―Inténtelo de nuevo, por favor... ella es... mi todo ―pedí desesperado ―No puede hacerme esto, inténtelo otra vez, por favor.

―Ya no hay nada que hacer, señor Dalton, lo siento ―murmuro una enfermera detrás de mí, negué frenéticamente y reí con ironía

No, ella no iba a hacerme esto.

―Hora de la muerte 09:20am, 15 de agosto del 2022 ―escuché y el mundo se cayó a mis pies, corrí hacia la camilla

―Hope, mírame, por favor, dime algo, lo que quieras, pero no me dejes ―pedí sintiendo las lágrimas rodar por mi rostro, palmeé suavemente su rostro pálido ―Preciosa habla conmigo ―su rostro inexpresivo estaba casi tan blanco como las sábanas ―Me prometiste que... que... no, no, no ―acaricié su rostro con mis pulgares mientras mis lágrimas caían sobre ella ―Hope, mírame ―ordené ―Me prometiste que regresarías sana para estar conmigo, no me hagas esto, tú siempre cumples tus promesas, por favor, que esta no sea la primera que incumples ―sollocé con uno de los dolores en el pecho más grandes que había sentido en mi vida ―Tú no puedes... no, no, no me dejes, te lo suplico ―la abracé contra mi pecho, su cuerpo no se movía